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Hipótesis: esta crisis es una crisis de una forma de capitalismo, el capitalismo basado en la valorización financiera. No es una crisis intrínseca, como las crisis cíclicas, sino una crisis por deficiente regulación. La deficiencia de regulación no es, a su vez, consecuencia de un déficit de conocimiento, sino una situación que se creó o se toleró para dar lugar a las ganancias financieras. Es consecuencia de una correlación de fuerzas y de intereses, en un contexto cultural. Y considerando la profundidad y el alcance geográfico de la crisis, no es una crisis periférica o episódica, sino una muy amplia, que pondrá en cuestión aspectos del funcionamiento y la cultura del sistema.
¿Esto significa que habrá un cambio en la regulación financiera y, por lo tanto, en la forma de organización del sistema? En una conferencia cuya referencia precisa les debo, el historiador Carlo Cipolla dice que, de acuerdo a su larga experiencia de investigador, los hombres (y las mujeres, agrego) no aprenden de sus experiencias y que repiten sus errores. La larga historia de las crisis financieras nos hace pensar lo mismo.
En estos días se puso en circulación en el mundo la idea de que hay que hacer un nuevo Bretton Woods. El análisis de lo que pasó en BW es útil para comprender las enormes dificultades que habría si los líderes mundiales se propusieran seriamente un objetivo semejante.
Veamos esto por partes.
1. Creo que no es una crisis de ciclo productivo o tecnológico, porque antes de la crisis no había problemas de existencias invendidas, obsolescencias tecnológicas notorias, amenazas a la tasa de ganancia decreciente que hacían “necesario” un ajuste de la relación salarial y la productividad, como en la crisis de los setenta. Por el contrario, la economía mundial estaba en crecimiento e incluso tenía problemas de presiones inflacionarias y de depredación de recursos naturales por una forma de crecimiento extensivo.
La pregunta es, en otras condiciones financieras ¿podría haber seguido creciendo?.
En este punto hay que considerar en que medida ese crecimiento estaba apoyado en el aumento del ingreso disponible o en un endeudamiento insustentable. ¿Se puede medir ese fenómeno? No lo se y de esa respuesta depende en buena medida la caracterización de la crisis.
2. La crisis es producto de una forma de funcionamiento del sistema económico que comenzó luego de la crisis del dólar, en 1971-1973 y con la posterior ola de liberalización y desregulación de los mercados de capital.
Desde ese momento aumentó la volatilidad de los tipos de cambio y de las tasas de interés y, por consiguiente la oportunidad de hacer apuestas financieras.
El sector financiero presionó para liberalizar las corrientes de capital y los sistemas nacionales y, reforma que comenzó en los ochenta.
En la Argentina, comenzó antes, con la Ley de Entidades Financieras de 1977. Esto merece un capítulo aparte porque la Argentina fue un verdadero banco de pruebas de la liberalización y de sus consecuencias, porque en sólo cuatro años ya estaba en una enorme crisis cambiaria y bancaria, y había acumulado un enorme endeudamiento externo.
3. En este proceso se produjo, como escribimos en la anterior entrada, una creciente profundización financiera, con la incorporación al circuito de financiarización, de nuevas capas de agentes económicos. En los setenta se financiaron países insolventes de la periferia, que antes no tenían crédito privado, y que fueron cayendo en sus correspondientes crisis; en los ochenta las empresas comenzaron a negociarse como activos especulativos en base a endeudamiento (Leveraged buy out); luego se incorporaron los ingresos de las personas con la expansión de los fondos de pensión privados (La Argentina también pionera en la periferia); en los 2000 se hicieron modificaciones en la regulación que permitieron el ingreso de fondos de inversión a la especulación con índices de commodities; la última gran aventura de este proceso, una verdadera etapa superior del capitalismo especulativo, fue lograr que personas insolventes tomaran deudas hipotecarias, y luego titularizar esas deudas y comercializarlas en base a endeudamiento, y no en los circuitos marginales de los piratas financieros, sino en las cumbres de todo el circuito financiero internacional. Si alguien hubiera hecho una película o una novela con este tema como argumento, lo hubieran catalogado como poseedor de una imaginación enfermiza y desbocada.
Esto explica el éxito del video The last laugh, que pone en sátira lo que simplemente pasó.
4. Como consecuencia de este proceso, se produjo un importante aumento en la relación entre deuda internacional y producto, o en otros términos, entre capital ficticio y capital real. También aumentó la relación entre circulación financiera y actividad económica. La relación entre flujos financieros y el PBI mundial pasó del 6% a mediados de los ochenta al 35% en el 2006.
¿Esto significa que habrá un cambio en la regulación financiera y, por lo tanto, en la forma de organización del sistema? En una conferencia cuya referencia precisa les debo, el historiador Carlo Cipolla dice que, de acuerdo a su larga experiencia de investigador, los hombres (y las mujeres, agrego) no aprenden de sus experiencias y que repiten sus errores. La larga historia de las crisis financieras nos hace pensar lo mismo.
En estos días se puso en circulación en el mundo la idea de que hay que hacer un nuevo Bretton Woods. El análisis de lo que pasó en BW es útil para comprender las enormes dificultades que habría si los líderes mundiales se propusieran seriamente un objetivo semejante.
Veamos esto por partes.
1. Creo que no es una crisis de ciclo productivo o tecnológico, porque antes de la crisis no había problemas de existencias invendidas, obsolescencias tecnológicas notorias, amenazas a la tasa de ganancia decreciente que hacían “necesario” un ajuste de la relación salarial y la productividad, como en la crisis de los setenta. Por el contrario, la economía mundial estaba en crecimiento e incluso tenía problemas de presiones inflacionarias y de depredación de recursos naturales por una forma de crecimiento extensivo.
La pregunta es, en otras condiciones financieras ¿podría haber seguido creciendo?.
En este punto hay que considerar en que medida ese crecimiento estaba apoyado en el aumento del ingreso disponible o en un endeudamiento insustentable. ¿Se puede medir ese fenómeno? No lo se y de esa respuesta depende en buena medida la caracterización de la crisis.
2. La crisis es producto de una forma de funcionamiento del sistema económico que comenzó luego de la crisis del dólar, en 1971-1973 y con la posterior ola de liberalización y desregulación de los mercados de capital.
Desde ese momento aumentó la volatilidad de los tipos de cambio y de las tasas de interés y, por consiguiente la oportunidad de hacer apuestas financieras.
El sector financiero presionó para liberalizar las corrientes de capital y los sistemas nacionales y, reforma que comenzó en los ochenta.
En la Argentina, comenzó antes, con la Ley de Entidades Financieras de 1977. Esto merece un capítulo aparte porque la Argentina fue un verdadero banco de pruebas de la liberalización y de sus consecuencias, porque en sólo cuatro años ya estaba en una enorme crisis cambiaria y bancaria, y había acumulado un enorme endeudamiento externo.
3. En este proceso se produjo, como escribimos en la anterior entrada, una creciente profundización financiera, con la incorporación al circuito de financiarización, de nuevas capas de agentes económicos. En los setenta se financiaron países insolventes de la periferia, que antes no tenían crédito privado, y que fueron cayendo en sus correspondientes crisis; en los ochenta las empresas comenzaron a negociarse como activos especulativos en base a endeudamiento (Leveraged buy out); luego se incorporaron los ingresos de las personas con la expansión de los fondos de pensión privados (La Argentina también pionera en la periferia); en los 2000 se hicieron modificaciones en la regulación que permitieron el ingreso de fondos de inversión a la especulación con índices de commodities; la última gran aventura de este proceso, una verdadera etapa superior del capitalismo especulativo, fue lograr que personas insolventes tomaran deudas hipotecarias, y luego titularizar esas deudas y comercializarlas en base a endeudamiento, y no en los circuitos marginales de los piratas financieros, sino en las cumbres de todo el circuito financiero internacional. Si alguien hubiera hecho una película o una novela con este tema como argumento, lo hubieran catalogado como poseedor de una imaginación enfermiza y desbocada.
Esto explica el éxito del video The last laugh, que pone en sátira lo que simplemente pasó.
4. Como consecuencia de este proceso, se produjo un importante aumento en la relación entre deuda internacional y producto, o en otros términos, entre capital ficticio y capital real. También aumentó la relación entre circulación financiera y actividad económica. La relación entre flujos financieros y el PBI mundial pasó del 6% a mediados de los ochenta al 35% en el 2006.
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Entre las consecuencias que podemos destacar de la crisis bananera tenemos:
- Aumento del precio de los productos.
- La sobreexplotación de los obreros que trabajaban para la industria bananera.
- Devaluación de la moneda nacional.
- Una gran masacre y acciones violentas por parte del gobierno para reprimir las protestas de los obreros.
- La quiebra de muchas instituciones nacionales.
- Cancelacion del contrato de los paises con la United Fruit.
- Perdida de popularidad del gobierno por la inclusión del ejercito.
- Desprestigio al gobierno por la cantidad de muertos.
Ver más: https://brainly.lat/tarea/3927759
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