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Respuestas
Respuesta:
3) Misa en la Mezquita
Dos espacios delimitados
Templo frente a museo
El patio de una mezquita es un espacio a cielo abierto rodeado de galerías o pórticos, situado en la mitad norte o noroeste de la mezquita. En en este lugar puede haber una fuente para realizar las abluciones menores, un aljibe con un pozo y árboles, que en Córdoba son naranjos y palmeras.
Se diferencia de la iglesia principalmente porque en la iglesia, no existe este espacio. Usualmente las iglesias son espacios cerrado con mueble para que su creyente se sienten mientras que en las mezquitas no hay muebles.
encontré las diferencias :)
similitud: solo encontré una
Dos visiones excluyentes
Lo que sí aúna en buena medida a Erdogan con los actuales administradores de la Mezquita de Córdoba es su visión excluyente de los dos monumentos. El presidente turco ha decidido de forma unilateral fulminar el estatuto de museo de Santa Sofía para imponer el dominio islámico por encima de sus valores multiculturales. Es un acto inequívoco de sometimiento de la identidad cristiana del monumento, cuyos signos artísticos serán relegados. De tal modo, que los espléndidos mosaicos y pinturas bizantinas con figuras humanas, que contravienen la liturgia islámica, serán tapados provisionalmente hasta que se concrete una solución definitiva. Todos esos frescos de valor artístico extraordinario ya fueron encalados durante los 500 años en que la basílica se destinó a mezquita y recuperados posteriormente en 1934 cuando se convirtió en museo. Este es precisamente el mayor punto de fricción con la Unesco, que ya ha advertido que Santa Sofía podría perder su condición de bien integrante del listado del Patrimonio Mundial, donde ingresó en 1985 como museo.
Los obispos de Córdoba también han tenido un largo historial de convivencia conflictiva con la Mezquita omeya. A la construcción de la Catedral en su interior, que representó una traumática ruptura arquitectónica en el siglo XVI, sucesivas intervenciones posteriores han ido colonizando el monumento y desvirtuando su identidad andalusí. Decenas de capillas cristianas fueron adosadas en su perímetro y numerosos altares y pegotes barrocos adornaron con los siglos el edificio con el objetivo de asimilarlo paulatinamente a un templo católico. El prodigioso Mihrab de Al Hakam II, icono universal de la Mezquita, fue tapado por una capilla y quedó oculto durante 450 años hasta que un obispo ilustrado lo rescató en el siglo XIX. Los nobles artesonados califales fueron sellados con bóvedas encamonadas y las dovelas rojiblancas características de los arcos de la Mezquita fueron encaladas en un intento de amputar su identidad primigenia. Fue un arquitecto del Estado quien recuperó a principios del XX gran parte de los signos perdidos del excepcional monumento.
Si todas estas actuaciones arbitrarias podrían ser explicables en el contexto de un tiempo histórico donde no existían normativas de protección patrimonial, difícilmente comprensible es la "voluntad de desnaturalización del monumento" por parte de los obispos en pleno siglo XXI, tal como ha denunciado sistemáticamente la Plataforma Mezquita Catedral y un buen número de especialistas en la materia. A principios de este milenio, el obispo eliminó el nombre de Mezquita de todos los trípticos y documentos oficiales para usar de forma excluyente el de Catedral de Córdoba. El relato histórico fue tergiversado, se minimizó la naturaleza islámica del mayor templo de Al Andalus y se redujo la gran Mezquita de Córdoba a una mera “intervención islámica en la Catedral”, lo que originó una amplia contestación ciudadana, que obligó finalmente al obispo a echar marcha atrás en su pretensión. Aún hoy el Cabildo catedralicio persiste en su intención de llenar el oratorio islámico de continuas exposiciones de arte sacro y planea trasladar las taquillas de la Mezquita al Palacio Episcopal, donde establecerá un centro de interpretación del monumento como parte de la historia cristiana de Córdoba.
Muchos expertos han expresado abiertamente su disconformidad con el modelo de gestión. "Lo fundamental es preservar el legado andalusí", advierte José Miguel Puerta Vílchez, "y que no se tergiverse la historia". "Es importante conservar la identidad de la Mezquita", resalta. Esa es también la posición de la Plataforma Mezquita Catedral. "Nosotros abogamos por el respeto a la identidad de la Mezquita y a lo que significa culturalmente", asegura su portavoz, Miguel Santiago. El colectivo ciudadano ha denunciado reiteradamente la "arbitraria gestión del monumento" y ha defendido la puesta en marcha de un Plan Director que ordene los usos litúrgico y cultural para evitar la amputación de los valores intangibles andalusíes reconocidos en la declaración de la Unesco de 1984.
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