1) Comparen la producción de la estancia con la de hacienda
2) Comparen la mano de obra de la hacienda con la de la plantación
(La organización económica de las colonias)
Respuestas
Respuesta:
1.Las haciendas se caracterizaron por su gran extensión y volumen de producción. En ellas se producían cereales como el trigo y el maíz, además de cultivos de vid, frutales y caña de azúcar.
Los españoles introdujeron instrumentos de trabajo como el arado y criaron caballos, vacas, ovejas y mulas. Del ganado vacuno obtenían leche, cuero, carne y sebo. Las mulas, se usaban para el transporte y eran objeto de comercialización importante.
Los dueños de las haciendas vivían en las ciudades y dejaban la producción en manos de capataces. Para trabajarlas, los hacendados requerían de abundante mano de obra que no siempre se conseguía fácilmente. En un principio, los indígenas trabajaron en ellas para pagar sus tributos, pero la disminución de esta población obligó a los hacendados a contratar peones asalariados.
Las estancias estaban especializadas en la producción de ganado, sobre todo vacuno. A diferencia de las haciendas, no eran siempre de grandes dimensiones y, a menudo, contaban con algún espacio para desarrollar actividades agrícolas complementarias. La carne obtenida se vendía en la ciudad, mientras que los cueros comenzaron a exportarse en el siglo S, XVIII. A finales de ese siglo, gracias a la difusión de la técnica del salado, también pudo venderse en el exterior parte de la carne que se producía.
Entre los trabajadores de las estancias había esclavos y hombres libres que cobraban un salario. En las estancias administradas por los jesuitas, por ejemplo, había gran cantidad de esclavos, algunos de los cuales solían dirigir las tareas de los peones cumpliendo la función del capataz.
Las estancias fueron las explotaciones agrarias características del actual territorio argentino. Las que se localizaban en los alrededores de Buenos Aires eran relativamente pequeñas mientras que en la Banda Oriental (actual Uruguay), en el litoral de Corrientes y ríos
2.
Entre las muchas unidades de producción agrícola sobresalieron la hacienda y la plantación. La primera era una explotación de un solo propietario, con escasa inversión de capital, en la que unos trabajadores asalariados producían alimentos para un mercado cercano. Generalmente era mixta, agrícola y ganadera, y su mercado próximo una urbe o un centro minero. La hacienda apareció en el siglo XVII coincidiendo con la crisis de los envíos de metales preciosos a España, el máximo decrecimiento de la demografía indígena y el hundimiento de la encomienda, por lo que se la ha relacionado con ellos. Para la formación de la hacienda hicieron falta tres factores esenciales: inversión de pequeños capitales en agricultura (quizá trasladados de la minería), existencia de una mano de obra asalariada (mestizos y forasteros) y demanda de alimentos motivada por el crecimiento de los centros urbanos y por los reales de minas. La existencia de complejos mecanismos para retener la mano de obra (adelantos de jornal, tiendas de raya que les suministraban lo que necesitaban a cuenta, y subarriendos de parcelas a cambio de trabajo) demuestran que tal mano de obra no debía ser excesivamente abundante. La plantación fue una explotación agroindustrial, originada en el siglo XVI, en la cual se practicaba el monocultivo y la semielaboración de determinado producto (azúcar principalmente) destinado a los mercados internacionales. Exigía gran extensión territorial y una fuerte inversión de capital para la compra de instalaciones, herramientas y esclavos. Entre la hacienda y plantación existieron numerosas fórmulas intermedias.
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