Respuestas
Respuesta:
Mi madre me compró un muñeca, era de bonitos colores.
La señora que nos la vendió se veía cansada: portaba grandes ojeras.
Nos dijo que nos daría un descuento por ella; yo acepté encantada.
Pensé que era el mejor regalo; dormía con ella.
Me gustaba jugar con ella; mi única amiga era mi muñeca.
Tenía una linda sonrisa; su rostro demostrada felicidad.
Creí que siempre sería así, estaba equivocada.
Un día desperté, ella ya no sonreía.
Le pregunté a mamá qué sucedía; mi mamá no me respondió.
De la nada todos dejaron de sonreír, yo también.
Creo que el mundo se volvió gris; mi muñeca se había robado todos los colores.
No entendía por qué no sonreía si ella tenía toda la felicidad, estaba molesta.
Tal vez ella tenía todo, tal vez no sonreía porque supo que nos dejó sin nada.
La quise devolver a la tienda; la señora de ojeras se veía más feliz.
Se negó totalmente al reembolso; nos sacó de la tienda.
Qué pasa con esta muñeca; no sabía si realmente quería conocer la respuesta.
No quise saber más de ella: la arrojé al río.
Espero que mis colores vuelvas, espero que ella nunca regrese.