¿Cuáles y por qué fueron tan importantes los adelantos
técnicos y tecnológicos que facilitaron las expediciones?
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Respuesta:
Modificaciones numerosas, y algunas esenciales, han sido introducidas en esta nueva edición. Una de ellas enaltece sobremanera la jerarquía científica del Almirante, por haber atribuido algunos saltos de la aguja a la estrella polar. Los observados en las noches del 13 y del 17 de septiembre en el primer viaje quedan perfectamente explicados con la expresiva frase «la estrella hace movimiento y no las agujas» y nada hay en ella de «especioso». En efecto, Colón sabía de sobra que la polar no coincide con el polo; y el movimiento durante la noche alrededor del polo, explica perfectamente los hechos observados, como demostraremos en lugar adecuado, utilizando los cálculos efectuados a nuestro ruego en el Observatorio de San Fernando, por gentileza de su sabio Director.
Dolorosa ha sido en cambio la rectificación del elogio que en la primera edición dedicábamos al gran Nebrija, a quien suele atribuirse una medición geodésica; según un documentado estudio de Vigil y Ruiz Aizpiri, esta esperanza se desvanece como tantas otras, y el rigor histórico obliga a consignarlo, rectificando una confusión de los entusiastas historiadores de la ciencia española.
Hablar de la Ciencia como de algo orgánico y bien definido, a fines de la Edad Media, es sin duda prematuro. Los escasos conocimientos científicos del siglo XIII son patrimonio personal de un Leonardo de Pisa, de un Alberto Magno, de un Rogerio Bacon..., y con ellos desaparecen, sin ejercer gran influjo en la cultura de la centuria siguiente. Ciencia basada a veces en relatos dudosos y consejas fantásticas, más que en conocimiento directo y seguro de los hechos; y así, por ejemplo, no nos sorprende que el inmortal Bacon crea a pies juntillas en la existencia de un país afortunado, en el cual «los extranjeros se conservan indefinidamente en la edad que tenían al entrar en él».
Pero este monopolio de conocimientos por unos pocos selectos cesa súbitamente por la milagrosa concurrencia de los hechos históricos que produjeron el Renacimiento, y muy especialmente por los simplicísimos artilugios —14→ de Coster y Gutenberg, y las audaces exploraciones de Oriente y Occidente.
Constante aspiración de la Ciencia es descubrir el hecho nuevo; y de pronto, gracias a los ibéricos, se nos regala el más rico caudal de hechos nuevos que pudiera soñarse. Ya no son los tiempos de Leif, el hijo de Erico el Rojo; ahora se trata de una empresa organizada muy en serio, en febril competencia, por tres naciones, y ya en el primer cuarto del siglo XVI, al arreglar cuentas España y Portugal, estaba trazado el contorno de todo un nuevo continente, desde la Tierra del Fuego hasta Labrador.
La obra entera de la creación se duplica en el siglo XV para los habitantes de Europa (como observa Humboldt) y suministra a las inteligencias nuevos y poderosos estímulos, que aceleran el progreso de las ciencias. Y llega ese magnífico presente en el momento mismo en que ya puede ser aprovechado por el despertar de las inteligencias y la eficacia de las prensas de Haarlem y Maguncia, que prestan alas al pensamiento, poniendo la cultura al alcance de todas las clases sociales, en las que pronto surgen preclaras inteligencias al servicio de una tarea común.
El beneficioso influjo que tuvo en la Ciencia la magna empresa de los Reyes Católicos comenzó el mismo día en que la diminuta escuadra zarpó del puerto de Palos. El improvisado almirante puede considerarse, en justicia, como hombre de ciencia, dentro del modesto alcance que entonces podía darse a ese término; pues era un curioso del saber, un observador —15→ atento, a veces agudo, que desde el primer día anotó cuanto hecho físico pudo observar y buscó su explicación, no siempre atinada, como aquella su curiosa teoría sobre la diversidad de color de los indios y los negros africanos, basada en la estructura del globo, que suponía piriforme; pero frecuentemente acertada y siempre de carácter científico, en el sentido moderno, es decir, físico y no metafísico.
Explicación:
coronita plis