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Respuesta:
El Monte de las Ánimas es uno de los relatos que forman parte de la colección de Gustavo Adolfo Bécquer llamada Soria. La leyenda cuenta lo que le ocurrió a un joven llamado Alonso al intentar complacer a su prima durante la noche de difuntos, la noche de la festividad de Todos los Santos. Se publicó el 7 de noviembre de 1861 con dieciséis leyendas más, en el diario El Contemporáneo.
La obra consta de una pequeña introducción, tres partes y el epílogo.
Prólogo. El autor narrador dice haber oído la leyenda en Soria y que siente miedo al escribirla. La leyenda está escrita en tercera persona y tiene un narrador editor-historiador. El autor cuenta unos hechos que a él ya se los habían contado anteriormente. Al principio de la novela se ve con claridad cuando dice al principio de la leyenda:
"La noche de los difuntos me despertó a no sé que hora el doble de las campanas. Su tañido monótono y eterno me trajo a las mientes esta tradición que oí hace poco en Soria. (...) Yo la oí en el mismo lugar en que acaeció, y la he escrito volviendo algunas veces la cabeza con miedo, cuando sentía crujir los cristales de mi balcón, estremecidos por el aire frío de la noche."
Alonso narra a su prima Beatriz los sucesos que ocurrieron en tiempos de los Templarios en el Monte de las Ánimas.
Cambio de escenario, el castillo de los condes de Alcudiel.
Abandono de Beatriz.
Epílogo. El autor narrador añade nuevas letras a la leyenda.
La acción transcurre en la Edad Media, y la leyenda es contada por el personaje Alonso, dentro de la obra. Se podría decir que en el momento que la cuenta está recordando unos hechos que el propio personaje ya sabía. Son unos hechos que representa que son verosímiles, ya que los cuenta con todo detalle. Por lo tanto, se produce un flash back, es decir, recuerda una historia que pasó con anterioridad a la época que ellos están viviendo. Entonces cuenta su recuerdo, que ocurre en veinticuatro horas, desde la mañana hasta el amanecer del día siguiente.
Explicación:
resumen
La historia transcurre en Soria, en el llamado Monte de las Ánimas, el día de los difuntos. Los Condes de Borges y de Alcudiel, junto a sus hijos Beatriz y Alonso y pajes iniciaban el camino hacia la cacería, montados a caballo. Alonso, empezó a relatar una leyenda, la del Monte de las Ánimas. Al parecer, este monte que llamaban de las ánimas pertenecía a los Templarios, que eran guerreros y religiosos a la vez. Cuando los árabes fueron expulsados de Soria, el Rey los hizo venir para defender la ciudad, lo que ofendió a los nobles de Castilla y se creó rivalidad entre ellos. Así, se inició una batalla hasta que el rey finalizó la lucha; el monte fue abandonado y en la capilla de los religiosos se enterraron los cuerpos de unos y otros. Cuenta la leyenda que cuando llega la noche de los difuntos las almas de los muertos corren junto con los animales del monte y nadie quiere estar ahí en dicha fecha.
Una vez en casa de los Condes y reunidos junto a la lumbre, sólo los primos estaban ajenos a la conversación: Alonso y Beatriz, hasta que Alonso rompió el prolongado silencio diciéndole a su prima que, debido a que ella se separará de él próximamente, le gustaría hacerle un regalo para que se acordara siempre de él. Después de insistir mucho, la joven acepta una joya sin decir nada y su primo a cambio le pidió algún obsequio suyo. Beatriz estuvo conforme y le dijo que en el Monte de las Ánimas perdió la banda azul y era lo que deseaba regalarle.
Alonso se sentía muy fuerte a la hora de luchar con cualquier bestia, pero le aterrorizaba la idea de ir a ese oscuro lugar en aquella fecha tan indicada y sintió miedo. Entonces se vio motivado por una sonrisa de la bella dama y se dirigió, aterrorizado, a recuperar la banda perdida para así contentar a Beatriz.
Las horas pasaron y Beatriz se desveló al creer oír su nombre en una pesadilla. Al despertarse no pudo volver a conciliar el sueño, así que decidió ponerse a rezar muy asustada. Cuando amaneció se avergonzó de su comportamiento de la noche anterior al haberse asustado, y, entonces, vio su banda azul ensangrentada y desgarrada en su mesilla de noche. Beatriz se quedó petrificada, no podía creer lo que veía. Más tarde fueron a avisarla sus sirvientes de una triste noticia: Alonso había sido devorado por los lobos del monte, pero la encontraron muerta.
Dicen que después de este suceso, un cazador tuvo que permanecer una noche dentro del monte de las ánimas, y que antes de morir pudo contar que vio los esqueletos de los antiguos Templarios y de los nobles sorianos enterrados en la capilla levantarse, y además, pudo ver también como una mujer hermosa desmelenada, corría apresuradamente, con los pies ensangrentados, perseguida por caballos y lanzando chillidos de terror, dando vueltas alrededor de la tumba de Alonso.