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Respuesta:
1. La revolución demográfica
Como en otros países, la población de Gran Bretaña se incrementó extraordinariamente durante el siglo XVIII. Este aumento de la población proporciona dos factores de gran importancia para el incremento de la producción industrial: aumento de la mano de obra y de los compradores (mercado). Por tanto, existe una relación directa entre demografía e industria. La industria necesitaba mano de obra liberada del campo y un mercado para los productos industriales.
Este aumento de la población se debió a un elevado índice de natalidad (próximo al 40 por mil) y la disminución de las defunciones a partir de 1740. Esta disminución vino dada por la desaparición de la peste y las epidemias periódicas, las mejoras sanitarias e higiénicas y la mejor alimentación gracias a la revolución agrícola.
2. La revolución agraria
El origen de la Revolución Industrial hay que buscarlo en las mejoras y cambios producidos en la agricultura inglesa de mediados del siglo XVIII. Estos cambios fueron:
Cambios en la estructura agraria tras la aprobación por el Parlamento de las leyes de cercamiento (Enclosure Acts). Con estas leyes, los anteriores openfields, trabajados colectivamente, se transformaron en grandes propiedades privadas delimitadas por vallas en las que el propietario tenía plena libertad para realizar cualquier transformación agraria. De esta manera, se introduce la nueva mentalidad empresarial en los propietarios de las tierras, quienes serán los iniciadores de las transformaciones agrarias.
3. La expansión del comercio
La expansión comercial inglesa se incrementó extraordinariamente durante este periodo y generó enormes beneficios que se reinvirtieron en el propio comercio o en la agricultura, la industria y los transportes. En cuanto al comercio internacional, se enviaban navíos desde Inglaterra a América con esclavos que trabajaban en las plantaciones de algodón, materia prima que se enviaba a Inglaterra, donde se transformaba en la industria textil algodonera. Así mismo, el comercio interior aumentó gracias a la integración del mercado nacional a través de la construcción de una amplia red interna de canales y carreteras.
Ya en el siglo XIX, el comercio recibirá un fuerte impulso con la revolución de los transportes protagonizada por el ferrocarril y el barco de vapor.
4. La revolución financiera y bancaria
Una industria más desarrollada implicaba la compra de máquinas, materias primas y el hémelo de mano de obre, para lo que eran necesarias unas elevadas inversiones. Este dinero para invertir se podía obtener de las siguientes maneras:
Ahorro y la reinversión en sus negocios (autofinanciación).
Podían asociarse con otros empresarios, que aportan el capital, y constituir una sociedad limitada.
Podían transformar la empresa en una sociedad anónima, a través de lo cual acciones del capital de la empresa se ponen a la venta en la bolsa con la finalidad de ampliar el capital.
Solicitar un crédito a un banco.
Todas estas innovaciones (bolsa, sociedades limitadas o anónimas, etc.) hicieron más fácil conseguir el dinero para financiar la introducción de los inventos en la industria.