La expansión de la industria salitrera que se experimentó hacia fines del siglo XIX, atrajo a miles de personas, estas tuvieron que enfrentarse a un conjunto de adversidades, por ejemplo:
A) El tener que desempeñarse a pleno sol del día.
B) Contar con extenuantes jornadas laborales que sobrepasaban las 12 horas.
C) Desempeñarse en labores que podían causarles la muerte.
D) Todas las anteriores
Respuestas
Respuesta:
Un porcentaje muy alto nos contestaría que el día que amanece claro, con un sol espléndido y la luz intensa de un cielo azul infinito, se encuentra mejor. Por lo menos se siente más contento y más lleno de vida. Por el contrario, tras unos días continuados de nieblas y de chirimiri, la gente tiende sin darse cuenta a la melancolía y la tristeza. La luz y el sol son un elemento positivo e importante en nuestra vida y en nuestra salud.
Nuestros antepasados, muy lejanos, tenían al sol como un dios supremo que les daba la vida. No sabían mucho, pero intuían que sin el sol no había vida; ni el día aparecía si no asomaba por el horizonte. Los niños de todas las culturas no dejan de pintar un sol aparatoso como centro de su dibujo. Nunca dejan el sol sin pintarlo con los rayos que alargan su escueto paisaje. El lenguaje coloquial no puede ser más expresivo cuando se dice, con menos frecuencia de la deseada: “qué sol de niño”, y “esta mujer es un sol”; significando mucho más que simpático y agradable. No se puede decir más ni mejor adjetivo cuando comparamos una persona con el sol.
La historia está cargada de elementos significativos y de valor, tratándose del sol: El Rey Sol en Francia, Horus, en el Egipto antiguo; el calendario solar de los incas, el imperio del sol naciente de los japoneses, que ondea en su bandera; la moneda del Perú es un sol; Helios, en Grecia y Roma, suponía un culto al astro rey. Todo viene a simbolizar la enorme importancia que ha tenido y tiene el sol y la luz en nuestra cultura milenaria.
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