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Durante los años 1820-1824 la sierra peruana fue el campo de batalla principal entre patriotas y realistas que devastaron el territorio, especialmente la intendencia de Huamanga.6 La independencia peruana «fue más concedida que obtenida», se debió gracias a la intervención de los ejércitos de José de San Martín (1778-1850) y Simón Bolívar (1783-1830), cuya victoria generó un vació de poder en el que la única fuerza organizada capaz de generar el orden era el ejército, el que se volvió un elemento clave para el poder político.7 El sistema virreinal había sido capaz de acabar con poquísima ayuda de la metrópolis con todas las rebeliones y conspiraciones que sucedieron en su territorio.
Durante la rebelión de Túpac Amaru II, los indios de Huanta contribuyeron con hombres a sofocarla.8 La amenaza del «deslizamiento etnicidiario» de la revuelta llevó a que muchos no indios se negaran a darle su apoyo.9 En la rebelión de Cuzco, la administración colonial liberal y la aristocracia de Huamanga se aliaron con una insurrección10 que se hacía en nombre de la Constitución española de 1812.11 Los huantinos movilizaron sus fuerzas para detener a los rebeldes en su avance sobre Huamanga.12 A la larga, Huanta se volvió el foco realista y Huamanga el patriota marcando la historia de la región durante esa época como un epicentro de grandes batallas13 (los patriotas huantinos tuvieron que huir a Huamanga y los realistas huamanguinos a Huanta).14 Ambas ciudades eran claves para las comunicaciones entre Cuzco y Lima.14 Entre 1821 y 1824, la intendencia se convirtió en un bastión del ejército monárquico pero donde surgieron feroces guerrillas de morochucos.15 Hubo fuerte apoyo indígena a la causa realista en otras regiones, como Puno, Arequipa, Oruro y Cuzco.16 Algunos historiadores (actualmente criticados) se refieren a los indígenas como «masa informe y ahistórica»17 porque la mayoría de ellos vivían diseminados en valles de difícil acceso18 y con una cultura «arcaica» basada en el respeto a la tradición.19
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coronita