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Respuesta:
El nacionalismo económico - entendido como las políticas que promueven los intereses nacionales a expensas de los intereses extranjeros- también ha tomado fuerza en América Latina.
Con un discurso político que defiende a las empresas locales y rechaza a los inmigrantes y los bienes importados, el nacionalismo económico está recibiendo ahora un impulso adicional en medio de la pandemia, dice la investigadora.
¿Cuál es el vínculo entre nacionalismo económico y nacionalismo político?
Históricamente el vínculo no siempre ha sido el mismo. En el siglo XIX, por ejemplo, Alemania era muy nacionalista en términos políticos, pero no muy nacionalista cuando se trataba de políticas económicas.
Estados Unidos, en cambio, era mucho más nacionalista en términos de políticas económicas, pese a que el discurso político no estaba de ninguna manera cerca del nacionalismo alemán.
Algunos ejemplos históricos nos muestran que el nacionalismo económico y el político no siempre van juntos, aunque a menudo sí lo hacen.
Muchas veces se asocia el populismo con las tendencias nacionalistas políticas y económicas. ¿Cómo funciona esa relación?
En el actual ciclo de nacionalismo económico hay claros vínculos con el populismo. Los partidos clasificados como populistas en esta época son habitualmente partidos que tienen un claro discurso económicamente nacionalista.
Si miramos el ciclo actual del nacionalismo económico, en medio de la pandemia de coronavirus, algunos expertos dicen que se ha transformado en una infección oportunista, ¿Cuál es su opinión?
Puede ser, porque es muy fácil caer en una pendiente resbaladiza y alejarse hacia algo que es mucho más agresivo contra otros países, un poco como lo que vimos en los años 30.
¿Cuál es el principal riesgo?
El virus del nacionalismo económico nos puede hacer caer en una trampa, el mismo tipo de trampa en la que caímos en los años 30, cuando los países deciden seguir su propio camino a expensas de todos los demás.
- No nos lleva a una recuperación, nos lleva a una situación mucho peor.