• Asignatura: Religión
  • Autor: juanjocardo817
  • hace 5 años

fabula sobre la solidaridad​

Respuestas

Respuesta dada por: ortizewendy066
1

Respuesta:

el caballo y el asno

Un caballo y un asno vivían en una granja y compartían, durante años, el mismo establo, comida y trabajo que consistía en llevar fardos de heno al mercado de la ciudad. Todos los días practicaban la misma rutina y seguían por una carretera de tierra llevados por su dueño hasta la ciudad.

Un día, sin darse cuenta, el dueño puso más carga a la espalda del asno que a la espalda del caballo. En las primeras horas nadie se dio cuenta del error del dueño, pero con el pasar del tiempo, el asno empezó a sentirse muy cansado y agotado. El asno empezó a sudar, a sentirse mareado, y sus patas empezaban a temblar.

Cuando el asno ya no podía más, se paró y pidió a su amigo caballo:

- Amigo, creo que nuestro dueño se equivocó y puso más carga a mi espalda que en la tuya. Estoy agotado y ya no puedo seguir, ¿será que podrías ayudarme a llevar algo de mi carga?

El caballo haciéndose el sordo no dijo nada al asno. Le miró y siguió por la carretera como si nada hubiera pasado.

Minutos más tarde, el asno, con cara de pánico y visiblemente decaído, se desplomó al suelo, víctima de una tremenda fatiga, y acabó muriéndose allí mismo.

El dueño, apenado y disgustado por lo que había pasado con su asno, tomó una decisión. Echó toda la carga que llevaba el asno encima del caballo. Y el caballo, profundamente arrepentido y suspirando, dijo:

- ¡Qué mala suerte tengo! ¡Por no haber querido cargar con un ligero fardo ahora tengo que cargar con todo!

MORALEJA: Cada vez que no tiendes tu mano para ayudar a tu prójimo que honestamente te lo pide, sin que lo notes en ese momento, en realidad te estás perjudicando a ti mismo.  

Explicación:

Respuesta dada por: fredymauricio2008
3

Respuesta:

LA PALOMA Y LA HORMIGA

-La gratitud, es un hecho que demuestra amor-.

Aquel día, el sol estaba bastante intenso. Una pequeña hormiga, estuvo a punto de desmayarse de la sed que tenía. Decidió entonces bajar hasta un tranquilo manantial, para hidratarse y reponer sus energías. Se inclinó un poco para tomar; pero, se ha caído sin pensar. La corriente comenzó a arrastrarla.  

– ¡Auxilio! ¡Auxilio! ¡Que alguien me ayude! Dijo la hormiga muy asustada.  

En las alturas, se encontraba una paloma observando lo que allí ocurría. Al ver a la pobre hormiguita en peligro, buscó velozmente cortar una rama con su pico; enseguida, la lanzó. Le angustiaba que la pequeña se pudiera ahogar (y una ayuda no está demás). La hormiga subió a la rama, y la usó como salvavidas hasta lograr llegar a la orilla.  

Al cabo de un rato, la hormiguita escuchó a lo lejos un sonido misterioso. Se trataba de un cazador preparando su arma para disparar a la bondadosa paloma. La hormiga sin dudar, le dio un fuerte mordisco en el tobillo, y al éste gritar… alertó a la paloma para de allí emigrar. La fiel ave, miró a la hormiga con total agradecimiento, y alzó inmediatamente su vuelo hacia otro lugar.  

Moraleja: Debemos ser siempre agradecidos. No solo con nuestras palabras, sino con nuestros hechos.

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