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Respuesta:
El jicote aguamielero, según Cri Cri, era un bicho humilde, barrigón, prieto y bigotón. Era, digamos, un insecto del montón. En cambio, la abeja… uh, la abeja reina era otra cosa. Le tocó nacer en la high society. Aunque, cabe aclarar, dice Francisco Gabilondo Soler que la abeja se las daba de haber entrado a la nobleza por ser bonita.A lo que voy es que, sí, efectivamente, ha de haber estado bien chula la condenada abeja porque al mentado jicote –que es una avispa prieta como guacamole de tres días- le dio por tirarle los perros o, como diría el cantautor, a pedirle su corazón.Ah, jicote tan menso. Nada más a él se le ocurre. Con esas fachas, con ese color de piel, con ese código postal y tratar de ligarse a la Kate Middleton del panal… Qué cosa. El caso es que al ser bateado épicamente, el jicote solo atinó en decir: “Leí que éramos iguales asegún la Constitución. La sociedad sin clases la creí pero ya veo que no”. La realidad le cayó de sopetón al jicote.Le faltaba conocer algo de historia, de cómo se inventaron las leyes cuando un rey se metió en camisa de once varas y entonces decidió prometerles garantías a sus súbditos con tal de que lo defendieran.
Explicación:
ESPERO SIRVA