1. ¿Qué redes necesito abandonar para seguir a Jesús de todo corazón?
2. ¿Qué obstáculos, qué apegos materiales, impiden responder a Jesús?
3. ¿Qué sentimientos tenemos cuando creemos que Dios nos está llamando?
4. Menciona algunos medios que crees que son eficaces para escuchar el llamado de Dios.
Respuestas
Respuesta:
Cuando alguien que no esperamos nos pide algo, o nos llama, nos puede sorprender.
Lo mismo nos pasa con Dios, por lo que el primer sentimiento puede ser de sorpresa.
¿Y después? Después dependerá de si acojo con emoción lo que me propone, o tal vez creo que es una locura y que conmigo no va la historia.
Si acojo su llamada los sentimientos son de alegría, entusiasmo, deseo de seguir buscando lo que Dios quiere de mí, comienzo a interesarme por sus cosas, deseo encontrarme con Él para que me siga hablando.
Por el contrario, cuando percibo que Dios me está llamando y lo considero una locura se producen sentimientos de rechazo, huida, desasosiego. Esto suele ser normal, porque a veces mis planes no coinciden con lo que Dios me propone, y humanamente tendemos a imponer los nuestros.
Lo importante es que con sinceridad me pregunte: ¿quiero hacer mi voluntad o la voluntad de Dios? y desde la libertad que Él me ha dado, ser capaz de responder.
Explicación:
Lo que Dios quiere es que seamos felices. Por eso descubrirás lo que Dios quiere para ti, cuando confirmes cuál es la vocación en la que puedes ser feliz.
Dentro de la vida cristiana hay variedad de vocaciones: al matrimonio, como sacerdote, a la vida consagrada, o como laico consagrado.
Son llamadas de Dios a vivir el evangelio con fuerza, a comprometernos con los valores que movieron la vida de Jesús y que nuestro mundo de hoy está necesitando.