Respuestas
Respuesta:
En Babilonia vivía un hombre muy rico llamado Joaquín. Tenía un gran jardín junto a su casa, y como era muy respetado, todos los judíos iban con frecuencia a visitarlo.
Joaquín se había casado con Susana, una mujer muy hermosa que era hija de un hombre llamado Hilquías. Tanto Hilquías como su esposa eran personas muy honestas, y habían educado a Susana de acuerdo con las enseñanzas que Dios le había dado a Moisés, por eso ella obedecía a Dios en todo.
Aquel año, el pueblo había elegido a dos ancianos para que fueran jueces. Pero los dos eran de esas personas que Dios había descrito con estas palabras: «En Babilonia los jueces dicen ser los guías del pueblo, pero ellos mismos son el origen de la maldad».
Esos dos jueces estaban todo el tiempo en casa de Joaquín, y la gente que tenía problemas legales, iba a ellos para resolverlos
Explicación:
A partir de ese día, Daniel fue muy respetado por todo el pueblo.
Ese día, se salvó de la muerte a una mujer inocente. Susana no había hecho nada vergonzoso, y todos sus parientes le dieron gracias a Dios.