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Respuesta:
Cada lugar tiene su historia. Hasta el más sencillo. Por ejemplo Via vai es un anticuario que lleva en Usaquén al menos 20 años. Su dueña, Benedetta Salviati, llegó a Colombia hace 40 años con su esposo, provenientes de Italia. Vivió al comienzo en Cartagena y compraba tantas cosas que ya no le cabían en la casa, así que decidió abrir un anticuario como excusa para seguir adquiriendo más tesoros. Desde afuera su local se ve discreto. Nadie se imagina que dos pasos adentro hay una casona antigua, con jardín trasero, corredores para ir y venir, y techos que rechinan con el viento. Entra una persona tras otra. Un vecino llega con la lámpara que le arregló a Benedetta y de paso le cuenta que su hijo está enfermo. Luego, un hombre que pregunta por un baúl, y al rato un par de venezolanas interesadas en una mesa. No todo se vende. Hay un perro y un gato de madera que acompañan a la mujer de 76 años desde que se murió su esposo. Varios artistas tienen sus talleres y estudios en Usaquén, otros abrieron un local para vender sus diseños exclusivos. Al fin y al cabo esa luz tenue, los cerros y la tranquilidad de un barrio que alguna vez fue la periferia de Bogotá resultan ser inspiradores. De esa Usaquén de antes sobresale Hacienda Santa Bárbara, un centro comercial que combina lo moderno y lo colonial, que fue el hogar de un empresario colombiano a finales del siglo XIX hasta que se puso en venta. La Embajada de Italia y el Jockey Club estuvieron interesados, pero subestimaron el potencial de la Hacienda, que en 1985 se convertiría en monumento nacional de Colombia. Tradicional también La tienda del café, que comenzó vendiendo empanadas y café y ahora es uno de los locales más frecuentados de Usaquén, tal vez por ese ambiente bohemio y sus paredes pintadas por diferentes artistas. Al otro lado de la plaza está la panadería típica La Golconda, de ventanales antiguos y olor a “recién salido del horno”.
Explicación:
espero q te sirva