Respuestas
Respuesta:Está compuesto por 20 pirámides truncas que alcanzan alturas superiores a los 30 m y se complementan con grandes plataformas. Destacan las pirámides o huacas del Oro (o del Loro), La Ventana, La Merced, Botija, Rodillona etc., todas construidas a base de adobe y que cobijaban tumbas con objetos de metal y cerámica de gran acabado artístico. En la huaca del Oro el arqueólogo japonés Izumi Shimada halló la tumba de un alto dignatario lambayeque al que denominó como el Señor de Sicán (entre 1991 y 1992).
Batán Grande debió ser un gran centro de producción metalúrgica y de orfebrería, quizás el más importante del Antiguo Perú; ejemplares espléndidos de este arte son los tumis o cuchillos ceremoniales y las máscaras funerarias. En la decoración de estos objetos es recurrente la representación de una deidad antropomorfa con rasgos de ave, que algunos estudiosos identifican con Naylamp, personaje mencionado en las crónicas españolas como fundador de Lambayeque.
El área arqueológica es protegida desde el 1 de junio de 2001 como Santuario Histórico Bosque de Pomac[1] y declarada como Patrimonio Cultural de la Nación por Resolución Nacional Directoral N° 057 emitida el 16 de enero de 2009 por el Instituto Nacional de Cultura
Explicación:
En Batán Grande se hallan unas 20 pirámides truncas, superiores a los 30 m de altura, probablemente construidas entre los siglos VIII y XII de nuestra era, que habrían funcionado como templos, viviendas, cementerios y talleres artesanales.
Los aposentos están hechos de adobes rectangulares, con relleno de diversos materiales. En torno a ellos, se hallan necrópolis con tumbas subterráneas, de adobes enlucidos con barro. Muchas de estas tumbas fueron depredadas por los huaqueros, quienes extrajeron una notable cantidad de objetos de oro, como los famosos tumis o cuchillos ceremoniales, así como vasos de oro repujado con incrustaciones de turquesas.
Batán Grande fue posiblemente el mayor centro productivo de orfebrería del Antiguo Perú. Tan así, que se calcula que casi el 90% de los objetos de oro del Perú prehispánico que guardan actualmente las colecciones públicas y privadas provienen del área de Lambayeque y en modo especial de Batán Grande. Un distintivo del arte lambayeque es la recurrente presencia de una deidad alada, a la que se ha identificado con el mítico Naylamp, mencionado en una de las crónicas del español Miguel Cabello Valboa (1586).