Respuestas
Respuesta:
“Oda al otoño” de John Keats.
Estación de las nieblas y fecundas sazones,
colaboradora íntima de un sol que ya madura,
conspirando con él cómo llenar de fruto
y bendecir las viñas que corren por las bardas,
encorvar con manzanas los árboles del huerto
y colmar todo fruto de madurez profunda;
la calabaza hinchas y engordas avellanas
con un dulce interior; haces brotar tardías
y numerosas flores hasta que las abejas
los días calurosos creen interminables
pues rebosa el estío de sus celdas viscosas.
Elegía ''A una vida trágica''
El fin se está acercado
No puedo encontrar consuelo y cada vez me acerco más.
Una cuota inerme ha cobrado el tiempo
Dejando claro que se ha apoderado de mí.
Mi vida fue un trágico y simple fracaso.
No me atreví a más a causa del miedo.
Un miedo que no fue a otros ni al mundo entero.
Mío fue el terror y nunca pude comprenderlo
Hasta que llegó el día final.
Égloga ''Albanio'' de Garcilaso de la Vega
En medio de invierno está templada
el agua dulce de esta clara fuente,
y en el verano más que una nieve helada.
¡Oh claras ondas, cómo veo presente,
en viéndoos, la memoria de aquel día
de que el alma temblar y arder se siente!
En vuestra claridad ví mi alegría
oscurecerse toda y enturbiarse
cuando os cobré, perdí mi compañía
Sátira ''A una nariz'' de Francisco de Quevedo
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Era un reloj de sol mal encarado,
una alquitara pensativa,
elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
No sé si sólo necesitabas el nombre, o ejemplos largos como este, ojalá te sirva de todos modos :).