Respuestas
Respuesta:
La monarquía absoluta es una forma de gobierno en la que el rey tiene el poder absoluto. En ella no existe la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). Aunque la administración de la justicia pueda tener una autonomía relativa en relación al rey, o existan instituciones parlamentarias, el monarca absoluto puede cambiar las decisiones o dictámenes de los tribunales en última instancia o reformar las leyes a su voluntad (La palabra del rey es ley). Nombra y retira a sus asistentes en el gobierno a su voluntad. La unidad de todos los poderes suele considerarse justificada por estimar que la fuente del poder es Dios y que los monarcas ejercen la soberanía por derecho divino de los reyes. No hay mecanismos por los que el soberano (que no reconoce superiores) responda por sus actos, si no es ante Dios mismo.
La monarquía absoluta se desarrolla históricamente en la Europa Occidental a partir de las monarquías autoritarias que surgen al final de la Edad Media con la crisis de las monarquías feudales y el predominio que adquiere el rey en relación a todos los estamentos.
Explicación:
Se desaconseja emplear los monarcas para designar sistemáticamente al jefe de Estado y su consorte.
En los medios de comunicación es habitual leer oraciones como «Preguntado por la relación matrimonial de los monarcas y el caso Urdangarín…», «Los monarcas han sido recibidos con aplausos» o «Los monarcas inauguran ARCO».
Sin embargo, el diccionario académico define monarca como ‘jefe del Estado de un reino’, de modo que el plural monarcas no alude al rey o a la reina y su consorte, sino a dos jefes de Estado.
En este sentido, el Diccionario panhispánico de dudas señala específicamente que Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón sí eran monarcas, pues ambos eran jefes de Estado.
En el caso de don Felipe y doña Letizia, solo él es jefe de Estado y, por lo tanto, monarca, mientras que doña Letizia es reina en la segunda acepción del término (‘esposa del rey’), no en la de ‘mujer que ejerce la potestad regia por derecho propio’.
En suma: para hablar conjuntamente de don Felipe y doña Letizia lo apropiado es usar reyes y no monarcas, por lo que en los ejemplos anteriores lo adecuado habría sido escribir: «Preguntado por la relación matrimonial de los reyes y el caso Urdangarín…», «Los reyes han sido recibidos con aplausos» y «Los reyes inauguran ARCO».