• Asignatura: Geografía
  • Autor: andreamartinezesteve
  • hace 5 años

EL ESPACIO ES___________
PORQUE PODEMOS UBICARLO
EN MAPAS Y OTRAS
REPRESENTACIONES​

Respuestas

Respuesta dada por: sofiaalegriacofre
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Respuesta:

Ya se ha observado que con el término mapa se suele designar a una multiplicidad de imágenes muy diferentes, que usan diversas técnicas y soportes, apelan a lenguajes visuales muy heterogéneos y convenciones gráficas que han variado a lo largo del tiempo, etcétera (Lois, 2014, 2015). Los historiadores de la cartografía ya habían tenido que afrontar esta cuestión cuando pretendieron hacer una nueva comprehensiva historia de los mapas de todos los tiempos y crear una definición que le dé coherencia al objeto (y al corpus) de esa historia. Y así fue que Brian Harley y David Woodward, antes de iniciar el megaproyecto editorial The History of Cartography (The University of Chicago Press), en 1987, propusieron como plataforma conceptual común para todos los temas que se abordan en los diferentes volúmenes que componen la obra la idea de que mapa es toda “representación gráfica que facilita el conocimiento espacial de cosas, conceptos, condiciones, procesos o eventos que conciernen al mundo humano” (Harley y Woodward, 1987: xvi). Es una definición amplia, flexible e inclusiva que nos permite, como he demostrado en un trabajo anterior (Lois, 2015), intentar aplicar estas ideas – con algunos ajustes – para considerar “mapa” a imágenes tan diferentes como un croquis a mano alzada, un mapa digital interactivo, una hoja topográfica y una obra de arte, entre otras.1

2A menudo se piensa en los vínculos que se establecen entre la imagen y los que ella representa o dice representar –por lo general, tomado esto último dado como un hecho dado. Pero, ¿qué es ese referente que el mapa tiene o se propone representar? Existen ya demasiados trabajos que, desde diferentes perspectivas, demuestran que lo que el mapa representa no es la realidad ni lo real. Por lo tanto, aquí daremos por saldado ese debate acerca de la relación imagen-representación y lo-real-representado para concentrarnos precisamente en ese referente. Y sostendremos que ese referente no solo no es la realidad ni lo real sino que es un tema cualquiera que tiene la especificidad de desplegarse sobre un tipo de espacio específico, y que esa naturaleza espacial afecta directa e indirectamente la representación del tema en cuestión, la eficacia de los modos de comunicar e incluso la estética de la propia imagen cartográfica.

3Los diferentes tipos de mapas producen (o dan lugar a la ejecución de diferentes) operaciones cartográficas, básicamente porque manejan diferentes concepciones sobre el espacio que pretenden representar. En términos generales, diremos que la operación cartográfica se realiza cuando el observador puede establecer una analogía entre las relaciones espaciales que se establecen en la situación mapeada y un espacio cartográfico mapeable según diferentes principios gráficos que, en rigor, entrañan diferentes concepciones sobre el espacio. Por eso se puede decir que el mapa opera como un método de espacialización del pensamiento, y, al mismo tiempo, de visualización de esa espacialización. O, en otras palabras, el mapa es una imagen que permite conocer y superponer estructuras de conocimiento para visualizar las relaciones espaciales que establecen diversos elementos entre sí, incluso cuando esos elementos representados en el mapa no son de naturaleza necesariamente geográfica.

4Estas operaciones cartográficas forman parte de los que llamaremos pensamiento espacial que consiste en formarse mapas mentales, en principio entendidos en el mismo sentido que Rudolf Arnheim usa para definir imágenes mentales, es decir, ideas que resultan tanto de la percepción sensorial como del recuerdo (Arheim, 1969: 102). Pero también en el campo de ciencias neurológicas y las teorías cognitivas se ha fundamentado que la formación de mapas mentales es crucial para el ser humano. La neurocientífica Veronique Bohbot (McGill University and Douglas Institute) remarcó que la falta de entrenamiento del pensamiento espacial lleva a la pérdida de las capacidades de los sujetos para producir sus propios mapas mentales y tiene consecuencias que van más allá de la habilidad de la orientación en el espacio geográfico sino que también lleva a que los sujetos pierdan la habilidad de improvisar en sus desplazamientos, de tomar decisiones propias y de establecer vínculos con el entorno físico. Además, la falta de entrenamiento en mapas que facilitan el desarrollo del pensamiento espacial también afecta la posibilidad de producir otros tipos de mapas mentales que usamos a diario: desde el mesero que se forma su mapa mental de la mesa para entregar los platos solicitados por los comensales hasta el docente que identifica a sus alumnos según la posición en que se sientan en la clase.

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