còmo pasaban sus días los gauchos de la epoca de martin fierro durante la madrugada ( plis es para hoy)
Respuestas
Respuesta:
Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela,
que el hombre que lo desvela
una pena estrordinaria,
como la ave solitaria 5
con el cantar se consuela.
Pido a los Santos del Cielo
que ayuden mi pensamiento,
les pido en este momento
que voy a cantar mi historia 10
me refresquen la memoria
y aclaren mi entendimiento.
Vengan Santos milagrosos,
vengan todos en mi ayuda,
que la lengua se me añuda 15
y se me turba la vista;
pido a mi Dios que me asista
en una ocasión tan ruda.
Yo he visto muchos cantores,
con famas bien otenidas, 20
y que después de alquiridas
no las quieren sustentar-
parece que sin largar
se cansaron en partidas.
-8-
Mas ande otro criollo pasa 25
Martín Fierro ha de pasar,
nada lo hace recular
ni las fantasmas lo espantan;
y dende que todos cantan
yo también quiero cantar. 30
Cantando me he de morir,
cantando me han de enterrar,
y cantando he de llegar
al pie del Eterno Padre-
dende el vientre de mi madre 35
vine a este mundo a cantar.
Que no se trabe mi lengua
ni me falte la palabra-
el cantar mi gloria labra
y poniéndome a cantar 40
cantando me han de encontrar
aunque la tierra se abra.
Me siento en el plan de un bajo
a cantar un argumento-
como si soplara el viento 45
hago tiritar los pastos-
con oros, copas y bastos,
juega allí mi pensamiento.
Yo no soy cantor letrao,
mas si me pongo a cantar 50
no tengo cuándo acabar
y me envejezco cantando,
las coplas me van brotando
como agua de manantial.
Con la guitarra en la mano 55
ni las moscas se me arriman,
naides me pone el pie encima,
y cuando el pecho se entona,
hago gemir a la prima
y llorar a la bordona. 60
Yo soy toro en mi rodeo,
y toraso en rodeo ajeno,
siempre me tuve por güeno
y si me quieren probar
salgan otros a cantar 65
y veremos quién es menos.
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No me hago al lao de la güeya
aunque venga degollando,
con los blandos yo soy blando,
y soy duro con los duros, 70
y ninguno, en un apuro
me ha visto andar tutubiando1.
En el peligro ¡Qué Cristos!
el corazón se me enancha
pues toda la tierra es cancha, 75
y de esto naides se asombre,
el que se tiene por hombre
donde2 quiera hace pata ancha.
Soy gaucho, y entiendanló
como mi lengua lo esplica, 80
para mí la tierra es chica
y pudiera ser mayor,
ni la víbora me pica
ni quema mi frente el Sol.
Nací como nace el peje 85
en el fondo de la mar,
naides me puede quitar
aquello que Dios me dio-
lo que al mundo truje yo
del mundo lo he de llevar. 90
Mi gloria es vivir tan libre
como el pájaro del Cielo,
no hago nido en este suelo
ande hay tanto que sufrir;
y naides me ha de seguir 95
cuando yo remuento3 el vuelo.
Yo no tengo en el amor
quien me venga con querellas,
como esas aves tan bellas
que saltan de rama en rama- 100
yo hago en el trébol mi cama
y me cubren las estrellas.
Y sepan cuantos me escuchan
de mis penas el relato
que nunca peleo ni mato 105
sino por necesidad;
y que a tanta alversidá
sólo me arrojó el mal trato.
-10-
Y atiendan la relación
que hace un gaucho perseguido, 110
que padre y marido ha sido4
empeñoso y diligente,
y sin embargo la gente
lo tiene por un bandido.
II
Ninguno me hable de penas 115
porque yo penando vivo-
y naides se muestre altivo
aunque en el estribo esté,
que suele quedarse a pie
el gaucho más alvertido. 120
Junta esperencia en la vida
hasta pa dar y prestar,
quien la tiene que pasar
entre sufrimiento y llanto;
porque nada enseña tanto 125
como el sufrir y el llorar.