2 diferencias y 2 semejanzas entre Electra y Orestes en Las Coeforas
Respuestas
La fábula trama en las tres obras es la misma: vengar a Agamenón, pero difieren en el motivo. En Esquilo se trata de vengar la falta de una autoridad moral paterna; en Sófocles el problema es dejar un reino sin rey; en Eurípides la venganza parece humanizarse porque se trata de restituir el honor de un héroe que tanto ha hecho por la Polis, animando, como en Helena, el ánimo ciudadano desencantado de la guerra. Por ello en Esquilo recae el peso de este asesinato más en Clitemnestra y la inmoralidad matrimonial, en Sófocles más en Orestes el usurpador del reino político y en Eurípides más en el carácter humano en sí y las causas sociales-míticas.
2. Cantidad de actores. Respecto a la cantidad de actores en todas las obras vemos parecidos personajes (un grupo de esclavos, coéforas o dioscuros cuentan como una sola presencia aunque interpreten esta voz coral varios actores.) Siempre son 7 o 8 presencias y no suben más de tres a escena a la vez, salvo ya en Eurípides. En Las coéforas de Esquilo son Electra, Orestes, Clitemnestra, Egisto, Pilades, La nodriza de Orestes, coro de esclavas y un esclavo. En Electra de Sófocles son Electra, Orestes, Clitemnestra, Egisto, el pedagogo, el coro de doncellas. Crisótemis. En Electra de Eurípides: Electra, Orestes, Clitemnestra, Egisto, el labrador micénico introductor, Pilades, viejo esclavo, los dioscuros y un coro femenino micénico. Y en Helena de Eurípides son Helena, Menelao, Teónoe y su servidor, Teoclimeno, Teucro, el coro, una anciana, dos mensajeros, y los dioscuros. Eurípides aumenta el número de personajes, no solo en ese momento en escena, sino en general en toda la obra. Y comprobamos lo que ha afirmado Aristóteles: Esquilo introduce solo dos actores en escena (Electra-Orestes; Orestes-Pilades, Orestes-Clitemnestra…) y da mucha importancia al coro con una función moral y al monologo que “aportó un tono más grave y elevado, llegando a su magnificencia. Se descartaron los diálogos breves y el lenguaje chabacano popular se volvió más digno.” Sófocles añade un tercer actor. De esta forma al introducir más personajes se dio más prioridad a la parte hablada que al coro, y fue perdiendo poder la danza ditirámbica (entre lamentos en Las Coéforas), y por ello se pasó del hexámetro de la épica al metro trocaico y al yámbico, una forma de hablar más natural, menos grave. En Eurípides denotamos una heterogeneidad; hay más escenas y una fuerte presencia de coro pero más musical y del monólogo combinado con escenas de dos actores (En Helena; Helena con Menelao, Téone con Helena, el servidor con su señor Teoclimeno…) diálogos de tres (como se ve también en su Electra.) Estas formas dialógicas menos pomposas y una representación de escenas más anecdóticas y cotidianas (Con Eurípides ya se iba popularizando la comedia), la humanización de personajes, la introducción de nuevas máscaras y el avance en su precaria técnica escenográfica y decoración dio un tono más realista a las obras e introspección sicológica a unos personajes que no dejaban de ser máscaras, y no personajes de Stanislavski.
3. El espacio. Tienen lugar en Esquilo “en el palacio de los Atridas, con tres puertas (el gineceo), y en el proscenio la tumba de Agamenón” (acentúa el ámbito familiar y moral de una uxoricida y una hija humillada en el ámbito más privado, y sólo le falta a la alusión a la tumba añadir “con la sangre del esposo aún caliente”) En Sófocles “ante el palacio real de Micenas, en Argos, desde donde divisa la llanura de la Argólida amaneciendo” (acentúa la parte política de la historia) Y en Eurípides “en la frontera de Argos ante la casa de un labrador” (le interesa resaltar la parte humana y social de la fábula.) Respecto a la calidad moral de los protagonistas de estas tragedias; Electra, Orestes, el pedagogo y su hijo Pílades, algún esclavo, los dioscuros…tienen caracteres épicos, heroicos, descritos mejor de cómo somos los individuos en realidad, cual aristoi. También el coro, otro protagonista más, parece, por la forma de consolar a estos virtuosos y de entrometerse en la mala conciencia de los antagonistas, formado por caracteres más nobles de lo habitual. Estos villanos no llegan a estar a un nivel inferior, que resultaría cómico, o satírico al menos; pues aunque cometan asesinatos cruentos se hacen pasar por verosímiles escuchándose gritos, suplicas del interior de palacio (aunque tenga que imaginárselo el espectador y no se presente visualmente esta violencia en la propia escena.) En Helena el escenario se confunde entre Egipto y Micenas.
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