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Respuesta:
Napoleón I Bonaparte fue un general y gobernante francés del siglo XVIII y XIX (nació el 15 de agosto de 1769 en Córcega y murió el 5 de mayo de 1821 en la isla de Santa Elena) conocido por llegar a conquistar y controlar la mayor parte de Europa occidental mediante una avanzada y agresiva estrategia militar y de alianzas.
Tras una década de «éxitos militares», la proclamación de emperador de los franceses y rey de Italia e incluso el establecimiento de su propio código civil (el Código Napoleónico o Código Civil Francés), Napoleón fue derrotado finalmente por la Séptima Coalición en la Batalla de Waterloo (18 de junio de 1815, en Bélgica). Pocos días después fue exiliado a la isla británica de Santa Elena, donde murió seis años más tarde.
La historia, según las fuentes, lo recuerda como un genio militar y/o uno de los mayores tiranos y asesinos de todos los tiempos.
Explicación:
Ojala y sirva :3
Respuesta:
Nacido en una familia modesta de la pequeña nobleza de la isla de Córcega -recién incorporada a Francia-, Napoleón siguió la carrera militar como becario, graduándose en la Academia de París en 1785. Tras el triunfo de la Revolución francesa (1789) simpatizó con el nuevo régimen, pero fracasó en su intento de intervenir en política en pugna contra el nacionalismo corso representado por Paoli.
En 1793 conoció a Robespierre y se adhirió al partido jacobino. En aquel mismo año adquirió notoriedad militar: se le encargó el mando de la artillería francesa en el asedio contra Tolón (ocupada por los británicos), y el éxito de la operación le valió el ascenso a general. Caído Robespierre, la Revolución dio un giro a posiciones moderadas; se iniciaba la etapa del Directorio (1795-1799), nuevo poder ejecutivo que confió a Napoleón la represión de los múltiples intentos de derrocamiento, procedentes tanto de los realistas (que aspiraban a restaurar el absolutismo monárquico) como de la izquierda radical.
Napoleón fue recibido en Francia como el salvador de la República (tanto más cuanto que el botín enviado desde Italia contribuyó a sanear las agotadas arcas de la Hacienda francesa). La tarea de deshacerse del último enemigo que le quedaba a Francia -Gran Bretaña- resultaba más difícil: tras desistir del proyecto de desembarcar directamente en la isla, el Directorio concibió la idea de cortar las comunicaciones británicas con sus colonias en Asia mediante la ocupación de Egipto, y puso al mando de la operación a Bonaparte para alejarle de París, donde su popularidad resultaba preocupante.