• Asignatura: Castellano
  • Autor: nnya7102
  • hace 5 años

Luis Ramírez comprendió, caminando por la calle Corrientes, que la farsa había llegado a su punto final.
Tres meses antes, después de un diálogo deshilvanado en el café, el Chueco Manfredi había lanzado una
pregunta candente: "Si a tu tío, el de la barraca, le pasa algo, vos sos el único heredero, ¿no?" Ramírez
pescó la sugestión al vuelo y decidió aprovechar un creciente prestigio que lo señalaba como hombre
audaz y decidido. "Mientras no haga testamento, sí... yo soy el heredero; hace tiempo que estoy
masticando eso —había contestado—; pero siempre es mejor hacerlo teniendo compañeros decididos."
Después, en apasionadas noches, fueron planeando el hecho. El tío de Luis, don José, poseía una barraca
en Avellaneda, y su fortuna, según ellos la veían desde el fondo de sus estrecheces cotidianas, era
considerable. Por lo menos doscientos mil pesos, de los cuales la mitad para Luis y la otra a dividirse entre
los cómplices. Manfredi, en un principio, pretendió más, pero aceptó después un arreglo. Don José era un
ebrio consuetudinario. Dejaba la barraca a las siete de la tarde, cruzaba el puente del Riachuelo, y luego
visitaba cuatro o cinco almacenes. El asunto era fácil. Una noche de niebla lo seguían; esperaban a que en
una de sus infinitas evoluciones estuviera cerca del agua; un distraído empujón, y Luis y sus cómplices
quedaban dueños de una fortuna.
Luis había tomado el asunto como una de las tantas jactancias de café; las postergaciones, la falta de
asistencia a tal o cual cita, le habían hecho sospechar que Andrés y el Pibe trataban, como él, de ganar
tiempo, con la esperanza de que el proyecto quedara en nada. Pero el Chueco Manfredi no era hombre de
perder un negocio y ahora lo veía sobre él, amenazador, listo a exigir el cumplimiento del convenio. La
confusión dominaba su espíritu. Cruzó la calle, agitado, y se acercó a un mostrador: "¡Café y una caña
grande!"
En una semana, era el tercer día que no iba a trabajar; imaginaba el sermonear de su tío al día siguiente.
"También, viejo roñoso —pensaba—, pagar trescientos pesos a un hombre de treinta años."
Instintivamente se miró en el espejo y se arregló la corbata. Se sentía un poco en poder de Manfredi. El

sombrío ex presidiario nunca mostraba vacilaciones y segura­mente guardaba sus cartas para más
adelante. Era muy posible que aumentara sus exigencias una vez cometido el hecho, amenazando con la
delación. Y es que, en realidad, era el único de todos ellos que había tomado el asunto en serio. "Es un
canalla", pensó Ramírez, con íntima sorpresa.
Era cerca de medianoche. Pegada a los muros, bajo el verde, el azul y el rojo exasperado de los letreros,
temblaba una leve llovizna, como una telaraña de agua. Compró un diario y entró en un café. Media hora
después, nervioso, salió a la vereda. Una niebla fina, que llegaba del Este, había reemplazado a la lluvia.
NECESITO 3 ORACIONES QUE CONTENGAN ADJETIVACIONES PORRFAAAAAA, EL CUENTO SE LLAMA ``MUERTE EN EL RIACHUELO´´ ESO SON SOLO UNA PARTE DEL CUENTO

Respuestas

Respuesta dada por: lucasdy1231
0

Respuesta:

nolose tu lo sabes haaaaaaaa

Explicación:


nnya7102: x.D
Preguntas similares