Respuestas
Respuesta:
En uno de mis múltiples puntazos que me dan decidí apuntarme a una excursión en bicicleta por las Salinas de Maras en el Valle Sagrado (Perú). Para poneros en antecedentes: el deporte y yo no nos llevamos bien, digamos que mi actividad deportiva se limita a ir al gimnasio como máximo un mes y medio al año y a jugar al Wii Sports en casa, así que imaginaros!!!!
En la primera cuesta ya estaba que no podía con mi alma y para postre el camino estaba todo empedrado y peligroso así que ni corta ni perezosa agarré la bicicleta a cuestas y en la primera carretera que vi paré a una furgonetilla que iba atestada de gente y animalitos, endiñé la bici en la baca y me quedé esperando en el pueblo tumbada a la bartola hasta que el resto de la expedición aparecieron hechos polvo, eso sí, no me libré de las agujetas ya que al día siguiente tenía los brazos que no los podía ni mover!!!!
Explicación:
Respuesta: Nos disponíamos a hacer un paseo “tranquilo” por el desierto a lomos de un camello y adivináis? Me tocó el pulgoso, el caso es que todo el rato iba de un lado a otro porque el camello no hacía más que rascarse por todos lados. Cuando estamos en mitad de la nada el muy “capullo” sin previo aviso se sienta en mitad del desierto y me quedé literamente casi colgando del bicho. Solución: A pesar de que el camellero me decía no sé qué palabras en su idioma me baje de aquella bestia infernal y me fui andando por el desierto…Llegué para el arrastre!!!! XXDD