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Respuesta:
Era una tarde fresca y lluviosa de finales del mes de agosto, esa curiosa época del año en la que las únicas perdices que se ven son las que se guardan en la nevera, y en la que no hay absolutamente nada que cazar por ningún lado. Sobre la reunión que dicha tarde tenía lugar en casa de Lady Blemley flotaba un sobrecogedor silencio que mantenía a todos los presentes inquietos y apiñados alrededor de la mesa en la que se hallaba servido el té. No obstante, a pesar del aburrimiento y la apatía que cabría esperar encontrarse en una reunión como aquélla, lo cierto era que no había en los rostros de ninguno de los invitados la menor huella de esa fatigada desesperación que por lo común suelen causar todos esos insoportables conciertos de piano y todas esas aterradoras partidas de bridge a las que tanto se prestan tales ocasiones. Muy por el contrario, la atención de la boquiabierta y sorprendida concurrencia se hallaba por completo concentrada en la fea y no muy agradable persona de Mr. Cornelius Appin.
Explicación:
Espero que te ayude