• Asignatura: Religión
  • Autor: diegoalejandro2006
  • hace 5 años

1.tres preguntas de selección múltiple del texto anterior.

El bien común significa que la sociedad vela por los derechos fundamentales de
las personas, derechos que ella no puede violar en ningún caso. Y también
supone que cada persona, sintiendo esa común voluntad de bien, esté
siempre dispuesta a sacrificar ciertos intereses individuales en aras de eso que se llama entonces
“interés general”. Está bien claro que las dos nociones de “persona” y “bien común” son
correlativas y no deben jamás separarse la una de la otra.
Los seres humanos, por naturaleza, tienden a participar en la vida comunitaria. Pero al mismo
tiempo las fuerzas del pecado llevan al egoísmo que obstaculiza la unidad.
Para vencer las fuerzas divisorias del pecado, Dios envió al mundo a su único Hijo. Jesucristo es el
único que puede unir a los hombres, más allá de sus fuerzas naturales, en su divino amor. San Juan
4:8 "Dios es amor." La comunidad cristiana tiene como cabeza a Jesucristo y participa de su vida
sobrenatural.

Respuestas

Respuesta dada por: marianaq0404
0

Respuesta:

Espero que esto ayude...

Explicación:

Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparece su contenido

no implican, de parte de la Secretaría de las Naciones Unidas, juicio alguno sobre la condición

jurídica de paÌses, territorios, ciudades o zonas, o de sus autoridades, ni respecto de la

delimitación de sus fronteras o límites.

La enseÒanza de los derechos humanos. Actividades pr·cticas para escuelas

primarias y secundarias, se habla de nosotros como seres humanos. Se habla del proceso de

enseÒanza y aprendizaje de la importancia de la "dignidad y valor intrÌnsecos de los seres

humanos" que son la base de "la libertad, la justicia y la paz en el mundo" (DeclaraciÛn

Universal de Derechos Humanos, Pre·mbulo). Y tambiÈn se habla de los derechos que nos

corresponden a todos.

Las lecciones de esta publicaciÛn no son sÛlo para las aulas sino tambiÈn para la vida, pues

tienen relaciÛn directa con nuestra vida y vivencias cotidianas. En este sentido, la educaciÛn en

derechos humanos implica no sÛlo enseÒar y aprender los derechos humanos sino tambiÈn en pro

de los derechos humanos; su funciÛn primordial es dar a las personas los medios necesarios para

defender sus propios derechos y los de los dem·s. Ello constituye una importante inversiÛn para

el futuro que tiene como fin lograr una sociedad justa en la que se valoren y respeten los

derechos humanos de todos.

Esta publicaciÛn es una aportaciÛn pr·ctica de mi Oficina al Decenio de las Naciones

Unidas para la educaciÛn en la esfera de los derechos humanos (1995-2004), durante el cual se

alienta a los gobiernos, a las organizaciones internacionales, a las organizaciones no

gubernamentales, a las asociaciones de profesionales, a todos los sectores de la sociedad civil y a

los particulares a establecer acuerdos de colaboraciÛn y a aunar sus esfuerzos en la educaciÛn de

los derechos humanos. El Decenio nos ofrece un marco mundial com˙n en el que trabajar

juntos; en realidad el disfrute de los derechos humanos es responsabilidad de todos nosotros y su

logro depende exclusivamente de las aportaciones que cada uno estÈ dispuesto a hacer. Espero

que esta publicaciÛn, asÌ como las actividades basadas en ella, sirvan para que las numerosas

personas que trabajan en la enseÒanza y en la educaciÛn en todo el mundo se conviertan en

motores del cambio.

Quiero expresar mi agradecimiento a las personas y organizaciones que han apoyado a mi

Oficina en la preparaciÛn de esta publicaciÛn, en particular a Ralph Pettman, que preparÛ la

primera ediciÛn en 1989; a Nancy Flowers, que se ocupÛ de la correcciÛn y actualizaciÛn de

dicha ediciÛn; y a Margot Brown, Felisa Tibbitts y la DivisiÛn de PromociÛn de la EducaciÛn de

Calidad de la UNESCO, que han contribuido a mejorar la publicaciÛn con sus aclaraciones y

sugerencias.

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