• Asignatura: Historia
  • Autor: macario26
  • hace 5 años

¿ Qué imagen tenían los aborigenes de los españoles?​

Respuestas

Respuesta dada por: maliodas9404
2

Respuesta:

Mediante el estudio etnohistórico de una muestra de cinco autores, dos traducidos al castellano y tres españoles y cuyas obras circularon en la España del siglo XIX, se procura detectar en ellas las menciones a los indígenas americanos.

Explicación:

espero te sirva


macario26: si messirve xd jajaj, si me sirve
Respuesta dada por: mariaamorosa2013
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Resumen:

Uno de los signos que caracterizaron al conocimiento histórico desde las últimas décadas del siglo XIX y todo el siglo pasado, fue la constante insatisfacción de sí mismo, debiendo -paralelamente- resistir los acosos y la seducción de las otras ciencias humanas y los embates que, desde su propio seno, sometían y someten a constante debate sus parámetros teóricos y metodológicos. Entre las salidas que a esa situación han propuesto los historiadores están las alianzas, asociaciones y ensayos con los procedimientos y los sustentos teoréticos de las vecinas ciencias sociales, resultando la Etnohistoria, Historia antropológica o Antropología histórica, la Sociología histórica, la Cliometría, la Historia Cultural, la Historia de las Ideas y de las mentalidades colectivas, la Historia del Presente y la Historia Inmediata... (Gayol y Madero, 2007) y también las que se han procurado reconceptualizar y que forman parte de su propia tradición, como la Historia de la Historiografía, con la cual, con préstamos de ciencias cercanas y/o distantes o recurriendo a sus propios postulados y procedimientos sistemáticos de indagación, se ha intentado fijar los hitos que han caracterizado su devenir y, a la vez, analizar -diacrónica y/o sincrónicamente- los procesos sociales, culturales, económicos, políticos e ideológicos en cuyo contexto se produjo y que se reflejan en el discurso historiográfico que se construyó, reconstruyó o deconstruyó, por o contra ellos, con lo que aspira a ser objeto y sujeto en el proceso de producción de conocimiento.

En aquella centuria la España decimonónica pareció quedar encerrada en sí misma, negada a aceptar la irremediable escisión latinoamericana y reconocer los nuevos estados-naciones que se conformaron en ella (Madariaga, 1989: 61-86).

Aquel Imperio que se había convertido en nación, se empecinó en retardar el arribo de las innovaciones tecno-científicas y en preservar anacrónicos privilegios feudales, mientras se sucedían varias revoluciones liberalburguesas1. Sin embargo, a la vez, también procuró difuminar las ancestrales particularidades regionales en un nuevo sentimiento nacional como principal proyecto del liberalismo que, con todos los matices, fungió de bandera de legitimación para los distintos sectores que se disputaron y ocuparon el poder. Este proyecto fue acompañado por la historiografía, cuyos ejecutores, la pequeña comunidad socio-profesional de los historiadores apuntalados institucionalmente por la Real Academia de la Historia (creada en 1738), procedieron a construir una historia nacional española (Álvarez Junco, 2003: 119-302, y Peiró, 1998: 29-51 y 2006).

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