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De una forma muy básica, puede afirmarse que los nutrientes son el combustible indispensable para el ser humano. Aportan energía y son los partícipes de las miles de reacciones que ocurren en el cuerpo. Una clasificación habitual es diferenciarlos por su nombre de pila y su función principal en el organismo. Además, coincide con la información que se encuentra en las etiquetas de los alimentos:
• Hidratos de carbono/carbohidratos: aportan energía fundamentalmente (se almacena cuando hay un exceso energético) y los podemos encontrar en frutas, hortalizas, legumbres, tubérculos, harinas y cereales.
• Proteínas: forman las estructuras de nuestro cuerpo. Desde las células que defienden el organismo de microorganismo externos hasta los músculos. Las podemos encontrar fundamentalmente en huevos, lácteos, carne, pescado y soja.
• Grasas: son parte de todas las células y también aporta energía (se almacena cuando hay un exceso energético). Las podemos encontrar en aceites, semillas y frutos secos.
• Vitaminas: presentes en la mayoría de los alimentos. Se diferencian por su forma de almacenamiento: en medios acuosos (hidrosolubles: vitamina C y vitaminas B) o en medios grasos (liposolubles: vitamina A, D, E y K). Están en mayor proporción en verduras, frutas, frutos secos, etc. Y en muchas reacciones internas que ayudan a mantener el equilibro de la acidez interna.
• Minerales: igualmente presentes en la mayoría de los alimentos. Se localizan por todos los productos del reino animal y vegetal. Están en muchos procesos al igual que las vitaminas.
• Agua: componente fundamental del cuerpo. Constituye las dos terceras partes del mismo.