• Asignatura: Castellano
  • Autor: viancasvillaroelm
  • hace 5 años

cuento corto sobre la familia​

Respuestas

Respuesta dada por: malfoy25
1
Había una vez una vieja casa construida junto a un frondoso bosque. Sus habitantes comían muchos caracoles, porque les encantaban. Pero llegó un día en el que se acabaron, y tuvieron que dejar de comerlos.

Lo que sí que había en el bosque eran muchos lampazos, las plantas que comían los caracoles. Y como no había caracoles para comerlas, estas plantas estaban invadiéndolo todo.

Pero no todos los caracoles se habían extinguido. Todavía quedaban dos caracoles blancos, la especie más noble de todos los caracoles. Eran muy viejos y habían permanecido bien escondidos, lejos de la casa en la que se comían a sus amigos, primos y hermanos.

Un día, los viejos caracoles blancos encontraron un pequeño caracol común perdido, y lo adoptaron con si fuera hijo suyo, porque ellos no tenían a nadie más y se hacían mayores. Pero el pequeño caracol no crecía. Al fin y al cabo, no era más que un simple caracol ordinario.

Un día, la mamá caracola creyó observar que su pequeño se desarrollaba, y le pidió a papá caracol que se fijara bien, a ver qué le parecía. El papá caracol confirmó que, efectivamente, el pequeñín empezaba a crecer.

Un día se puso a llover con fuerza.

-Escucha el rampataplán de la lluvia sobre los lampazos -dijo el viejo caracol.

-Fíjate en las gotas de lluvia -observó la madre caracola-. Mira cómo bajan por el tallo y lo mojan. Suerte que tenemos nuestra buena casa, y que el pequeño tiene también la suya. La naturaleza nos han tratado a nosotros, los caracoles, mejor que a los demás seres vivos, porque tenemos una casa desde que nacemos, y para nosotros plantaron un bosque de lampazos. Me gustaría saber hasta dónde se extiende. Pero no todos los caracoles se habían extinguido. Todavía quedaban dos caracoles blancos, la especie más noble de todos los caracoles. Eran muy viejos y habían permanecido bien escondidos, lejos de la casa en la que se comían a sus amigos, primos y hermanos.

Un día, los viejos caracoles blancos encontraron un pequeño caracol común perdido, y lo adoptaron con si fuera hijo suyo, porque ellos no tenían a nadie más y se hacían mayores. Pero el pequeño caracol no crecía. Al fin y al cabo, no era más que un simple caracol ordinario.

Un día, la mamá caracola creyó observar que su pequeño se desarrollaba, y le pidió a papá caracol que se fijara bien, a ver qué le parecía. El papá caracol confirmó que, efectivamente, el pequeñín empezaba a crecer.

Un día se puso a llover con fuerza.

-Escucha el rampataplán de la lluvia sobre los lampazos -dijo el viejo caracol.

-Fíjate en las gotas de lluvia -observó la madre caracola-. Mira cómo bajan por el tallo y lo mojan. Suerte que tenemos nuestra buena casa, y que el pequeño tiene también la suya. La naturaleza nos han tratado a nosotros, los caracoles, mejor que a los demás seres vivos, porque tenemos una casa desde que nacemos, y para nosotros plantaron un bosque de lampazos. Me gustaría saber hasta dónde se extiende.

viancasvillaroelm: muchas gracias
malfoy25: De Anda
Respuesta dada por: davidlr099g
0

Respuesta:

Explicación:

tu pregunta fue hace 2 años, asi que pues me quedo con los puntos y ya, sorry

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