1. Que hizo América Latina en el proceso de globalización mundial?
2.Por que lo hizo?
3. Que organismos internacionales se involucraron?
4. Cuales fueron las consecuencias?
Respuestas
América Latina y el camino de Asia
Vista desde ciertas partes de América Latina, la globalización aparece como una imposición de los países más ricos a los más pobres con el único fin de esquilmarlos. A esto se añade la idea, sumamente extendida en algunos medios y entre ciertos intelectuales, de que hay una única globalización, que esta es unidireccional y está impuesta desde arriba, especialmente por las empresas monopólicas transnacionales. Desde esta perspectiva, la globalización se expresa básicamente a partir de las relaciones con Estados Unidos y Europa y con los organismos financieros multilaterales, con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) a la cabeza. Esta lectura es, en cierto modo, consecuencia de la fuerte impronta nacionalista existente en las mentalidades latinoamericanas y del peso que todavía sigue teniendo en ellas la idea del imperialismo o del «imperio», como se lo llama ahora. Un imperio que mantiene el apellido «yanqui» y que, de la mano de algunos líderes populistas, sigue agitando viejos fantasmas.
Es que, a la hora de analizar los efectos de la globalización, predomina la vieja costumbre latinoamericana de mirarse profunda e introspectivamente el ombligo. Así, solo cuentan los efectos derramados sobre los propios países, sobre la realidad más inmediata, y la consideración de los aspectos negativos. Desde esta perspectiva, la globalización es la causante directa de las crisis financieras y los shocks externos y la responsable de buena parte de las plagas que se han abatido –y aún se abaten– sobre la región. Por el contrario, a la hora de valorar el empuje alcista en los precios de las materias primas, propiciado por cinco años de crecimiento económico ininterrumpido en todos los países latinoamericanos, el acento se pone en el empuje de la demanda de China y la India, y no en la globalización. Poco o nada se dice acerca de los motores del crecimiento asiático –la apertura económica, la inversión en tecnología, el cierre de la brecha digital–, que son en buena medida resultado de la globalización, que también ha contribuido a la impresionante reducción de la pobreza en Asia Oriental, más allá del debate académico acerca de los métodos estadísticos utilizados.
Hay en los estilos y los ritmos de crecimiento una cuestión de fondo: la actitud frente al capital extranjero y a la inversión extranjera directa (IED). Algunos países latinoamericanos son bastante refractarios al papel que debe, o puede, jugar la IED en el crecimiento económico. Esta postura no es patrimonio de la izquierda latinoamericana. Una parte de la derecha, envuelta en un fuerte nacionalismo, se expresa de la misma manera. En la izquierda, la principal excepción frente a tanta cerrazón son los socialistas chilenos, cuyo discurso demuestra que han captado la importancia que los flujos externos de capital tienen a la hora de crear empresas y empleos. Es que, como no se cansa de repetir el ex-presidente del gobierno español, Felipe González, para repartir riqueza primero hay que crearla.