• Asignatura: Biología
  • Autor: juanamonfort21pea8zc
  • hace 5 años

¿Un helecho y un colibrí están
formados por células del mismo tipo?

Respuestas

Respuesta dada por: ariaseussemanuela
3
Respuesta. Ambas son células eucariotas, que poseen un núcleo diferenciado y una estructura diseminada en orgánulos por toda la célula.
Espero que sirva ❤️
Respuesta dada por: luisafruizc0809
1

Respuesta:

Los tejidos de protección forman la parte más externa de los órganos de las plantas y se encuentran en contacto con el medio ambiente. Los tejidos de protección típicos son la epidermis y la peridermis, dependiendo de si la planta tiene crecimiento primario o secundario, respectivamente. También se incluyen como tejidos protectores a la hipodermis, tejido que aparece en algunas plantas justo debajo de la epidermis de las partes aéreas, y a la endodermis, localizada internamente en la raíz protegiendo a los vasos conductores.

1. Epidermis

Tipos de epidermis

Tipos de epidermis con distintas características de su pared celular.

Es la capa celular más externa de las plantas y se acepta que no existe en la caliptra de la raíz y que no está diferenciada en los meristemos apicales. Además, desaparece de aquellos órganos con crecimiento secundario, donde es sustituida como tejido de protección por la peridermis (ver más abajo). En las plantas que tienen crecimiento primario se mantiene a lo largo de toda la vida de la planta, excepto en algunas monocotiledóneas que la cambian por una especie de peridermis. En los tallos se origina a partir de la capa más externa del meristemo apical, también denominada protodermis, mientras que en las raíces se origina desde las células que forman la caliptra (dicotiledóneas) o desde las capas más externas de la corteza (monocotiledóneas). Este origen diferente hace que algunos autores denominen a la epidermis de la raíz como rizodermis. En la semilla, durante el desarrollo embrionario, se forma el protodermo, antes incluso que los meristemos apicales caulinar y radicular, del cual se diferenciará la protodermis y de ésta la primera epidermis.

La epidermis constituye el tejido de protección de tallos, hojas, raíces, flores, frutos y semillas. Esta protección es doble, frente a patógenos y frente a daños mecánicos. Otras funciones de la epidermis trascendentales para la vida de la planta son la regulación de la transpiración, el intercambio de gases, almacenamiento, secreción, repelen herbívoros, atraen insectos polinizadores, absorción de agua en las raíces, mantienen la integridad física de los órganos de la planta, protegen frente a radiación solar, etcétera.

Cutícula

En las superficies externas o libres de las células epidérmicas de las partes aéreas se encuentra la cutícula (Figura 1), que es una capa de sustancias fundamentalmente hidrofóbicas que se secreta por las propias células epidérmicas de manera asimétrica. Es una capa protectora frente a la desecación, a daños mecánicos y a patógenos, regula la tolerancia a la salinidad y protege frente a bajas temperaturas. También protege frente a los rayos ultravioleta, pero deja pasar la radiación necesaria para la fotosíntesis. La poseen todas las plantas, desde los musgos hasta las angiospermas. Es un invento de las plantas terrestres. Incluso es posible que durante la evolución se desarrollara antes la cutícula que los estomas. La composición química de la cutícula varía según la especie vegetal, pero siempre tiene dos componentes: cutina y un conjunto de lípidos conocidos colectivamente como <ceras. Los componentes que forman la cutícula en las briófitos, helechos, gimnospermas y angiosperamas son similares. El grosor de la cutícula varía dependiendo de la función y localización celular, así como de las condiciones medioambientales (Figura 2). Por ejemplo, la cutícula de una hoja de Arabidobsis tiene unos 13 nm de espesor, mientras que un tomate es de 2000 a 9000 nm de espesor, y la de Hakea suaveolens, una planta xerófita, es de 11500 nm. Las cutículas de las frutas carnosas son normalmente espesas, aunque curiosamente no son más impermeables que las de las hojas. Es interesante señalar que el grosor de la cutícula no está directamente relacionado con la capacidad para evitar la pérdida de agua, sino que esta propiedad reside en la proporción de sus componentes y de cómo están enlazados entre sí. De hecho, son las ceras, más que las cutina, las responsables de la permeabilidad del agua. Esto también se aplica a la filtración de los rayos ultravioleta.

Preguntas similares