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El sacramento de la reconciliación, a veces llamado confesión o penitencia, es una hermosa oportunidad para conocer el amor misericordioso de Dios Padre. Aunque sabemos que todas las personas son pecadoras, puede ser difícil reconocer nuestros propios pecados. A veces se necesita gran valor confesarnos pero, al hacerlo, experimentamos paz y dicha como resultado de la gracia de Dios. El sacramento de la reconciliación nos concede el perdón y la sanación que necesitamos.
Al sanar a los enfermos, Jesús decía con frecuencia: “Tus pecados te son perdonados”. Él vino a sanar el cuerpo y, sobre todo, a sanar el alma al predicar el arrepentimiento para el perdón de los pecados. Jesús estableció Su Iglesia para extender Su presencia en la tierra, y por eso la Iglesia continúa el ministerio de Jesús de perdonar los pecados.
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Puedo comentar que la reconciliación por la Iglesia es una forma de arreglar las cosas entre las personas y es muy beneficiosa.
Explicación:ojala que te ayude