quien es el "otro" en la antropología?​

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Respuesta dada por: ximenagarciasanchez7
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El filósofo alemán Hegel fue de los primeros en introducir la idea del otro como parte del Autoconocimiento al referirse al hombre que aún no es consciente; así, escribió: «Cada conciencia persigue la muerte del otro». Es decir, cuando se perciben diferencias entre tú y el otro, se crea un sentimiento de alienación, que se intenta resolver mediante la síntesis. La solución se encuentra reflejada en la famosa parábola de Hegel de la dialéctica del amo y el esclavo. Como antecedente directo tenemos a Fichte.

Husserl utilizó esta idea como base para su idea de la intersubjetividad. Sartre también recurre a esta dialéctica en El ser y la Nada cuando describe cómo el mundo se ve alterado por la aparición de otra persona y parece girar en torno a ella. No obstante, Sartre no buscaba una solución a este problema por considerar que se trataba de un sentimiento o fenómeno y no de una amenaza radical. Simone de Beauvoir utilizó al otro de manera similar a Sartre en El Segundo Sexo; de hecho, utiliza la dialéctica del amo y el esclavo de Hegel como analogía, en muchos aspectos, de la relación entre hombres y mujeres.

El psicoanalista francés Jacques Lacan y el filósofo franco-lituano Emmanuel Lévinas dieron al Otro un significado completamente diferente. Lacan vinculó al Otro con el orden simbólico y el lenguaje. Lévinas lo conectó con el Dios tradicional de las escrituras, al que denominó «Otro infinito».

Freud habla del otro en el sentido de todo aquellos que no es YO, así por ejemplo menciona el "afuera" que es todo aquello que no es la persona en sí misma, es decir lo otro, incluso da a la madre el papel del primer otro, pues es ésta quien da al niño las primeras nociones de que él existe pues funge como la primera fuente de placer, le da un nombre al cual responder y en general lo moldea. Es entonces la madre el primer otro. Véase "el malestar en la cultura".

Éticamente, para Lévinas, el otro es superior o anterior a uno mismo. La mera presencia del otro suscita preguntas tanto si se le ayuda como si se le ignora. Este concepto y el del encuentro cara a cara fueron reinterpretados más tarde, aludiendo a la idea de Derrida sobre la imposibilidad de una presencia pura del otro (el otro puede referirse a algo diferente que no sea un primer encuentro puro con la alteridad), lo que sí planteó problemas en relación a la lengua y su representación. Una reconceptualización mejorada, gracias al análisis de Lévinas sobre la diferencia entre «el dicho y lo dicho», dando siempre prioridad la ética y no solo a la metafísica.

Lévinas habla del otro en términos de insomnio y vigilia. Es un éxtasis o exteriorización del otro, lo que siempre lo mantiene más allá de cualquier intento de captura. Esta alteridad es interminable (o infinita); aunque se mate al otro, la alteridad permanece, pues no ha sido negada ni controlada. Esta «infinitud» del otro permitirá a Lévinas explorar otros aspectos de la filosofía y la ciencia que ocupan un lugar secundario en su ética. Lévinas escribe:

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