• Asignatura: Física
  • Autor: bettynaza9
  • hace 5 años

cuánta energía importa argentina? ​

Respuestas

Respuesta dada por: Carlos0az
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Respuesta:

El sector eléctrico en Argentina constituye el tercer mercado eléctrico de América Latina, detrás de Brasil y México y el 31º del mundo.[4] Su matriz depende en primer lugar de centrales accionadas por combustibles fósiles (63% en 2019), principalmente gas natural, y en segundo lugar de centrales hidroeléctricas (27% en 2019); el restante 10% corresponde a centrales atómicas y energías sustentables.[2] La matriz argentina se distingue de la matriz promedio latinoamericana por una menor proporción de energía hidroeléctrica, una mayor proporción de combustibles fósiles y la utilización de la energía nuclear sobre bases de desarrollo tecnológico propio.[5]

Respuesta dada por: Almagggggg
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En octubre de 2015, durante el mandato de Cristina Fernández de Kirchner, se dictó una nueva ley de fomento para el desarrollo de las energías renovables, que implementó el gobierno de Mauricio Macri y estableció qué son (y qué no son) fuentes renovables de energía y fijó metas y plazos para su cumplimiento que no se cumplieron. ¿Se avanzó realmente en esta área, que la gestión de Cambiemos impulsó?
Cuáles son las fuentes de energías renovables

Todas aquellas fuentes no fósiles (o sea, que no sean petróleo, carbón o gas) y puedan renovarse ilimitadamente. Estas fuentes pueden agruparse de la siguiente manera:

la energía eólica,
la energía solar, fotovoltaica y termosolar,
el grupo de bios (biomasa, biogás y biocombustibles, que refiere a la utilización de residuos forestales, agrícolas y ganaderos) y
los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos. Sobre este último grupo, la legislación es muy clara: sólo son consideradas fuentes renovables hidroeléctricas aquellas centrales cuya potencia sea menor a los 50 megavatios de potencia (MV).
La ley establecía que para 2017 el 8% de la energía eléctrica debía provenir de fuentes renovables. En 2019 el porcentaje aumentaba a 12%, en 2021 a 16%, en 2023 a 18% y en 2025 alcanzaba 20%.

Según el informe mensual más reciente de CAMMESA, de junio 2019, un 5,4% de la energía eléctrica generada proviene de fuentes renovables. Ese porcentaje fue de 2% en diciembre de 2017, en ambos casos lejos de las metas. Aun así, el porcentaje casi se triplicó.

“Las metas fueron pensadas para ser aprobadas entre 2013 y principio de 2014. Finalmente, esa ley se aprobó a fines de 2015. Hay casi dos años de diferencia, por lo que salimos bastante atrasados como para hacer lo que había que hacer para cumplir con el cronograma. Con los proyectos ya licitados y estimando cuánto va a aumentar la demanda, al 2021 deberíamos estar al 15%”, explicó a Chequeado Maximiliano Morrone, director Nacional de Promoción de Energías Renovables y Eficiencia Energética, de la Secretaría de Energía.
Cómo se logró ese aumento

Se utilizaron distintas herramientas, como el programa RenovAr, en el cual la empresa estatal CAMMESA licita la generación de las diferentes energías renovables a las empresas privadas que construyen los proyectos y administran la generación de energía. Luego Cammesa garantiza la compra de esa energía durante 20 años. Hubo cuatro rondas de licitaciones de RenovAr (1, 1.5, 2 y 3, esta última cerrada a principios de agosto último).

“Los incentivos en general estuvieron bien alineados para inducir el cumplimiento de la ley. Un desfasaje de unos meses en el cumplimiento de las metas es normal y razonable”, sostuvo ante la consulta de Chequeado Esteban Kiper, economista, socio fundador de la consultora Economía y Energía SA y funcionario del Ministerio de Economía y Finanzas públicas entre 2009 y 2012, vicepresidente de la Casa de la Moneda entre 2012 y 2014 y vicepresidente de Cammesa, la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico, entre 2014 y enero de 2016.

Según los datos de Cammesa, la energía eólica y la solar fueron las que más crecieron en los últimos dos años. La potencia instalada eólica era de 227MV en 2017 y creció a 750MV en 2018 y 1.017MV en 2019.

Para la energía solar, esa variable pasó de 8MV en 2017, a 191MV en 2018 y 330MV en 2019. Los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos se mantuvieron estables en los últimos años, cerca de los 500MV, pero su crecimiento fue menor: en 2014 la potencia instalada era de 381MV y llegó a los 498MV actuales en 2016. En el caso de los proyectos de bios, los precios son más altos y, por lo tanto, tuvieron menos desarrollo.

En parte, ese crecimiento en las fuentes eólica y solar se explica porque los precios son más competitivos, incluso menores a los de sistema eléctrico en general. En los precios promedio de RenovAr, la energía eólica y solar se ubican en U$S50/MV, mientras que el de los pequeños aprovechamientos hidroeléctricos, biomasa y biogas supera los U$S100/MV.
Pero no todo gira alrededor de la generación y los precios. Para que pueda ser utilizada, la red de transporte tiene que estar preparada para recibir la energía. Si la red no puede incorporar esa energía, se desperdicia la producción. El hecho de avanzar con las licitaciones sin tener las redes listas es una de las críticas al proceso actual, según explicó Kipper: “Otorgar esos contratos sin tener licitadas las líneas fue un error por pecar de optimismo”.
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