Respuestas
Respuesta:
. Se puede decir que nació con la parafernalia propia de los grandes artilugios de magia cuando un rayo arrancó un enorme roble en Borrowdale (Inglaterra) dejando al descubierto una beta de grafito puro, una piedra capaz de pintar. Primero se le usó para marcar a las ovejas, como manchaba tanto se envolvía en cuerda o cuero. Ya antes se conocía el grafito pero el que se extraía de esta mina era tan puro y sólido, que permitía cortarlo en barritas y manipular de formas que antes no se podía. Lo llamaron “plomo negro”.
Inglaterra mantuvo el monopolio hasta que en Alemania consiguieron desarrollar compuestos de grafito de calidad aceptable mezclando polvo de grafito con azufre y antimonio. En 1760 la compañía Faber comenzó su fabricación a gran escala.
El grafito se convirtió en un elemento escaso y de valor estratégico por su aplicación en el dibujo de moldes de armamento. A la Francia de Napoleón, por esos tiempo aislada del resto de Europa, le era muy difícil conseguirlo así que el ingeniero Nicholas Jacques Conté desarrollo su propio sistema cociendo una mezcla de polvo de grafito y arcilla, sistema que con algunas mejoras es aún el más utilizado.
Explicación:
Cuando este nuevo material, mucho más barato que el grafito puro, se recubrió de madera de cedro para hacerlo más manejable nace nuestro actual lápiz. Ya sólo quedaban algunos refinamientos, como darle forma hexagonal allá por mediados de 1800.