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respuesta: Hace unos meses tuve la gran fortuna de tocar la vida de una santa de una manera muy cercana. Hace varios años escuche sobre la vida de una joven llamada Chiara Badano. Sus padres trataron por muchos años de tener hijos y finalmente después de once años concibieron a su única hija, Chiara. Chiara nació en un pequeño pueblo al norte de Italia llamado Sasello en 1971. Era una joven normal con mucho entusiasmo y amor a Dios. A los nueve años la familia decide formar parte en un movimiento eclesial llamado Focolare y allí Chiara se encuentra con otros jóvenes que también quieren crecer en su fe. Era una joven normal que le gustaba bromear, jugar tenis y pasear en patines.
Un día, cuando tiene 17 años, estaba jugando tenis y le vino un fortísimo dolor en el hombro izquierdo que le hace soltar de pronto su raqueta. Ella va al hospital pensando que le dirían que se había irritado un nervio o lesionado un musculo, pero el diagnostico fue inesperado. Tenía cáncer agresivo y los médicos le daban solo un año de vida. Quedaron anonadados con la noticia. Al llegar a casa ella pidió que le dejaran sola en su cuarto para poderlo procesar. Luego de 25 minutos sale de su cuarto con una sonrisa en la cara diciéndole a su mamá que ya pueden hablar y surge su lema que la acompañaría durante su enfermedad: “Para ti Jesús, si tú lo quieres yo también lo quiero”. Ella no vio la enfermedad como una maldición o un castigo de Dios, sino como el camino que Dios le había dado para llegar al cielo. Sus padres llamaron a esos 25 minutos, su momento en el jardín de Getsemaní; ya que fue allí donde tuvo que luchar para aceptar con amor y alegría la voluntad de Dios.