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Guacamayo azul: Es la especie de guacamayo más grande del mundo y solo reside en las selvas de Bolivia, Paraguay y Brasil. A diferencia de la mayoría de especies de guacamayos, el azul no tiene una máscara de plumas de colores alrededor de los ojos, solo la franja amarilla en la unión del pico con su cabeza.
Lobo marino de las Galápagos: Como su nombre lo indica habita en las Islas Galápagos (Ecuador), aunque en ocasiones se han encontrado ejemplares en algunas islas colombianas. Es un mamífero carnívoro de color pardo, cuyos ejemplares pueden alcanzar los 250 kilogramos de peso.
El guanaco : Un pariente de las llamas, camellos, alpacas y vicuñas, que habita en Argentina, Bolivia y Chile, aunque con poblaciones reducidas. ¿La razón? Su carne, piel y pelo son usadas por el hombre desde antes de la colonización, pero en la actualidad se busca protegerlos de la caza furtiva.
El ajolote: México es el único lugar del mundo donde se pueden hallar ajolotes, una especie de anfibios exóticos que, a pesar de su madurez, conservan su fisonomía de larva. Está demostrado que puede regenerar sus extremidades e incluso su corazón y cerebro, por lo que algunos científicos lo ven como la clave para encontrar una forma de regenerar órganos y tejidos humanos.
El águila harpía : Su imponente porte es solo el inicio de una larga lista de impresionantes cualidades. Las águilas harpías, endémicas de los bosques lluviosos de América Latina, tienen un cuerpo robusto que les permite cargar presas de hasta tres veces su peso. Las garras de las hembras pueden crecer tanto como las de un oso pardo y pueden vivir hasta 40 años.
El ahuehuete: Su copa frondosa y tronco ancho lo distinguen de la gran variedad de especies mexicanas. Además, se ganó un lugar en la historia cuando fue el lugar en el que Hernán Cortés, el conquistador español, lloró una de sus batallas perdidas contra el ejército mexica. Gracias a que su madera es suave, no se emplea en la fabricación de muebles y tiene asegurada su existencia.
La puya alpestris: La puya alpestris, mejor conocida como cardón, chagual o pico espina, parece salida de un cuadro por su enigmático color azul verdoso. Es endémica de Chile y, gracias a su delicioso polen, suele ser una parada obligada para los colibríes.
La passiflora foetida: Se dice que su nombre proviene del latín passio (pasión) y flos (flor), ya que los misioneros jesuitas le encontraron similitud con algunos símbolos religiosos, como la corona de espinas que llevó Jesucristo en su crucifixión. Su apariencia es agradable, pero su nombre científico incluye la palabra foetida porque, al aplastarla, su olor es muy desagradable. Es originaria de Sudamérica y el Caribe.