Respuestas
Respuesta:
El dióxido de cloro, comercializado como solución mineral milagrosa y opción para el tratamiento de la COVID-19 y otros padecimientos, provoca efectos adversos a la salud
En el caso de consumir grandes cantidades de dióxido de cloro o clorito, podría sufrir irritación de la boca, el esófago o el estómago.
El dióxido de cloro y el clorito reaccionan rápidamente en el agua y los tejidos húmedos del cuerpo cuando un individuo se expone a cantidades muy altas de dióxido de cloro o clorito, podría sufrir falta del aliento y otros problemas respiratorios debido al daño que causan estas sustancias a la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a través del cuerpo.
Antes del nacimiento y en las etapas tempranas del desarrollo luego del nacimiento puede causar retrasos en el desarrollo del cerebro; la exposición de niños al dióxido de cloro gaseoso podría reducir la capacidad de la sangre para transportar oxígeno más rápidamente que en adultos.
Al respecto de su forma de empleo, Rius Alonso comentó que recomiendan tomarlo, pero al ingerirse elimina bacterias del esófago, y al ser un fuerte agente oxidante, destruye células del organismo, pero no al virus.
El dióxido de cloro también es recomendado equivocadamente para tratar enfermedades como malaria, cáncer y hepatitis, entre otras, y su precio oscila entre 100 y 2 mil pesos: “Mucha gente lo consume, pero habría que alertarlos, pues no está comprobada su efectividad y no hay estudios concluyentes. Lo único que aporta a quienes lo ingieren es un efecto placebo”, expresó.
Lo más relevante es consultar fuentes confiables como la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, la cual proporciona al público información científica verificable.
En conclusión, el dióxido de cloro no sirve como tratamiento del COVID-19 sino por el contrario tiene efectos adversos a la salud.
Explicación: