Respuestas
El Covid-19 es la primera pandemia en un contexto de globalización.
Estado de todo el mundo ha debido posicionarse en un periodo acotado de tiempo sobre dicho fenómeno. Cada mandatario, consciente del valor performativo de sus discursos, se ha visto obligado a crear nuevas explicaciones y narraciones acordes a sus propias orientaciones ideológicas, sus experiencias personales y las necesidades de sus naciones.
Desde el punto de vista analítico no existen registros históricos desde la Segunda Guerra Mundial de un hecho sincrónico en toda la región de la magnitud, profundidad e impacto del Covid-19.
Explicación:
Su Excelencia, queridos colegas y amigos,
Me siento honrado de estar aquí hoy.
Estas reuniones de ministros de salud, recursos hídricos y finanzas son las reuniones más importantes del año.
La inversión en suministro de agua, saneamiento y saneamiento es esencial para prevenir epidemias y brotes locales. La falta de inversión en este sector nos hace vulnerables.
De hecho, en África y en muchas partes del mundo, una de las medidas de salud pública más importantes que no podemos adoptar porque cientos de millones de personas no pueden lavarse las manos.
Esto incluye a profesionales sanitarios en uno de cada tres centros de salud en todo el mundo.
Ustedes ya conocen la premisa fundamental: WASH es una primera línea de defensa contra la COVID-19 y muchas otras enfermedades, entre ellas, diarrea, cólera, fiebre tifoidea, malnutrición, gripe y neumonía.
WASH es crucial también para prevenir la propagación de la resistencia a los antimicrobianos, que plantea una de las mayores amenazas a escala mundial.
Sin WASH somos vulnerables. Este es un aspecto básico que conocemos desde hace decenios. No obstante, persisten las desigualdades en lo que respecta al abastecimiento de agua, saneamiento e higiene.
La COVID-19, como muchas otras enfermedades, prolifera en medio de las desigualdades de nuestras sociedades y nuestros sistemas de salud.
La pandemia recuerda al mundo un principio fundamental de salud pública: cuando algunas poblaciones están desprotegidas, todos estamos en riesgo.
La insuficiente inversión en WASH ha dejado a 800 millones de africanos sin agua potable, y a más de 700 millones sin servicios de saneamiento básicos ni medios para lavarse las manos.
Afortunadamente, hasta ahora, los países africanos se han visto menos afectados por la pandemia de COVID-19 que la mayoría de los países de otras regiones.
Sin embargo, la falta de servicios adecuados de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene expone a muchas comunidades a este y a otros patógenos.
Constatamos alarmados que estamos mal encaminados para cumplir los compromisos del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 relativo al agua y el saneamiento en todo el mundo.
El saneamiento es un sector particularmente rezagado. Al ritmo actual de los progresos, llegaremos al siglo XXII antes de que el saneamiento para todos sea una realidad.
La consecución de los objetivos para 2030 requiere cuadruplicar el ritmo de los progresos en el sector de saneamiento.
La OMS y el UNICEF difundirán pronto un informe sobre el estado del saneamiento, en el que se esboza una vía para la inversión en los sectores de gobernanza, finanzas, creación de capacidad, datos e innovación.
Las inversiones en WASH son aquellas de las que nunca nos arrepentiremos, porque promueven los derechos humanos y salvan vidas.
De hecho, WASH es una inversión excelente.
Los beneficios económicos del saneamiento quintuplican con holgura el costo de la inversión.
Además, el mejoramiento de la higiene de manos puede generar economías en los gastos en salud, de hasta 15 veces el costo de la inversión.
Como ya he dicho, una tercera parte de los centros de salud carecen de medios para la higiene de manos en el lugar de atención.
A diferencia de muchos otros problemas actuales, este se puede resolver.
El costo de la aplicación de estrategias para facilitar la higiene de manos en los centros de salud varía de US$ 0,90 a US$ 2,50 per cápita al año.
Los Ministerios de Finanzas deberían priorizar este tipo de intervenciones inexcusables.
La inversión en servicios de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene es el fundamento necesario para una población sana y productiva.
La OMS está prestando asistencia a los países para el seguimiento de la financiación de servicios de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene. Esto es crucial porque, evidentemente, los servicios de abastecimiento de agua, saneamiento e higiene no son una inversión por única vez.
Esa inversión requiere financiación constante y gestión cuidadosa. No podemos repetir los errores del pasado.
WASH es un bien público mundial, y la COVID-19 nos ha mostrado que no hay tiempo que perder. Tenemos que hacerlo ya.
Con inversión pública sostenible, transparencia y rendición de cuentas podemos hacer que los servicios de abastecimiento agua, saneamiento e higiene sean una realidad para todos, en África y en todo el mundo.
Muchas gracias.