Respuestas
Respuesta:
paso a paso
Explicación:
El golpe de Estado de 411 a. C. se inserta en un contexto de crisis de la democracia ateniense, que comenzó en 415 a. C. con el asunto de los Hermocópidas y de la parodia de los Misterios de Eleusis. Los atenienses habían visto en estos sucesos un mal presagio para la Expedición a Sicilia, y temieron un complot oligárquico, dirigido por las heterías (clubes aristocráticos). Los Quinientos recibieron entonces plenos poderes para encontrar y castigar a los culpables, que generó un clima de paranoia colectiva. Además, la gestión del asunto por el Consejo había degenerado: sin la autodenuncia de Andócides, los ciudadanos podrían haber sido torturados, o ejecutados sin juicio previo. La violencia fue ejercida, sobre todo, por los ciudadanos pobres y las clases inferiores (metecos, esclavos), contra los más ricos y los eupátridas, miembros de las grandes familias aristocráticas de la ciudad.
La operación de Sicilia acabó en desastre: en 414 a. C.: 40.000 soldados atenienses fueron masacrados en los combates ante las murallas de Siracusa y los prisioneros encerrados en las Latomías y después vendidos como esclavos. Un año más tarde, los espartanos tomaron la fortaleza de Decelia, desde donde amenazaron directamente al Ática. por añadidura, 20.000 esclavos se rebelaron, probablemente los de las minas de Laurión, principal recurso financiero de Atenas, y la flota ateniense había sido en gran parte destruida en Sicilia, impidiendo así abastecerse de trigo la ciudad.
Después de esta serie de desastres Atenas dio prioridad a su aprovisionamiento. Multiplicó las operaciones militares en la región del Mar Egeo y del Ponto Euxino, tanto más cuanto que Esparta, aliada a los sátrapas persas de la región, había logrado empujar a numerosas ciudades (Quíos, Clazómenas, Teos y Orcómeno, entre otras) a la defección. Únicamente Samos permaneció fiel, y acogió a la flota ateniense en su puerto. En la ciudad, fue instituida una comisión de diez próbulos (probouloi), en el invierno de 413 a. C., para despachar los asuntos corrientes. Uno de ellos era el dramaturgo Sófocles.