• Asignatura: Religión
  • Autor: melanyhenao0531
  • hace 5 años

como se podría conciliar la posición de los ateos y los creyentes frente a la existencia de dios. ​

Respuestas

Respuesta dada por: thayraorellanaojeda
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Respuesta:

¿Qué es la Religión? Si preguntamos a una persona corriente de nuestras sociedades cristianas actuales, probablemente nos hablará de ceremonias como la misa o las procesiones de Semana Santa, así como de ritos de paso tales como el bautismo, la comunión, la confirmación, el matrimonio y la sepultura tras el fallecimiento, toda una serie de instituciones que diferencian al hombre de los animales.

Sin embargo, esta respuesta positiva, que consideraremos parte del momento tecnológico de la religión, podría encontrar una justificación mucho más compleja si pedimos al creyente que nos ofrezca la justificación que le lleva a mantener y asistir a las citadas ceremonias, a cumplir con cada rito de paso, el momento nematológico de la religión. Probablemente en ese caso responda: «La religión es la relación del hombre con Dios»; es la tesis de Varrón, Lactancio y San Agustín (religare).

Parecería entonces que el fundamento de todas esas relaciones institucionales humanas que forman parte del cuerpo de la religión es la relación última del hombre con una divinidad a la que se reza, se implora su favor, por la que se realizan actos piadosos y por la que se cumplen los santos sacramentos para estar «en gracia de Dios» o, como se diría comúnmente, «llevar una vida feliz». Todo se resumiría en la famosa sentencia de Dostoievsky en Los hermanos Karamazov: «Si Dios no existe, todo está permitido.» De hecho, en la tradición occidental, tanto en lo relativo a las religiones politeístas como a las monoteístas, religión se entiende, además de cómo «relación del hombre con Dios», como relegere, releer, cuidar o vigilar los ritos tradicionales, tal y como explica Cicerón en De natura deorum.

Fe natural y fe religiosa

Desde esta perspectiva, el creyente en una religión determinada se comportaría bajo la esperanza de recibir los favores de Dios, mientras que el no creyente simplemente se limitaría a negar bajo su peculiar «fe del ateo», como diría Zubiri, que pueda existir una relación del hombre con Dios. Serían en consecuencia dos posturas inconciliables, la de quien cree y la de quien no cree.

Pero la religión no se basa únicamente en una creencia subjetiva, ni es algo privado que pueda dejarse al «arbitrio de la conciencia». El creyente en una religión determinada se encuentra envuelto por toda una serie de ceremonias, tales como el cumplimiento de los sacramentos, la oración, &c. También por alguna «concepción mitológica del mundo» en la que se contienen Ideas embrionarias que podrán pasar, en su momento, a formar parte de sistemas filosóficos. Las distintas creencias constituyen un cuerpo social muy complejo que constituye toda la práctica del creyente y conforma todo su comportamiento.

La fe es por lo tanto una creencia material objetivada, dentro del contexto de una sociedad determinada. Sin embargo, «la fe religiosa es, por naturaleza, oscura, porque su materia no es visible» (Bueno, La fe del ateo, pág. 13). No obstante, la creencia en algo natural no tiene por qué contraponerse a la religiosa. Tanto en el caso de la revelación divina, como en la fe a un testimonio de una persona determinada, creemos en algo que no vemos.

Explicación:

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