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Respuesta:
espero que te sirva
Explicación:
Distintas corrientes teóricas propias de las ciencias sociales han desarrollado, en las últimas décadas, un análisis lineal de la sociedad y la democracia, en la que el conflicto ha venido a ser presentado como expresión de una enfermedad del “organismo social” o bien, se ha entendido como superado con la desaparición de las oposiciones políticas (democracia de consensos) 1. Esto ha derivado hacia la limitación del debate político, a la tecnocratización de la política y a la subvaloración de cualquier discurso de transformación profunda de la realidad.
2No obstante, si realizamos una revisión del análisis sobre conflicto político en perspectiva histórica, es posible observar que los períodos de conflicto social y político han sido esenciales para llevar adelante los procesos de cambio que han dado lugar a esquemas sociales más democráticos (Rifo, 2016; Wagner, 1995, p. 13).
3De este modo, la democratización, que desde una perspectiva lineal aparece como natural o bien se presenta como un proceso de buena voluntad y aprendizaje dialogante de los miembros de una comunidad política, ha sido más bien -la mayor parte de las veces-, consecuencia de una serie de enfrentamientos sociales, y principalmente de largas luchas por el reconocimiento (Honneth, 1997).
4En este sentido, el presente texto tiene como objetivo realizar un aporte al análisis del conflicto democratizador. Para esto se realizará en primera instancia, una breve revisión acerca de cómo se ha abordado y qué significado se le ha dado al conflicto político para la teoría política y las ciencias sociales, para después comprender cuáles son los ejes que han marcado el análisis sobre el conflicto democratizador limitando, sobre todo en el actual período, la posibilidad tanto teórica, como práctica, de plantear en una profundización democrática, que supere el esquema –implícitamente – normativo, de la democracia liberal. En esta línea, como segundo punto se hará una breve propuesta conceptual que permita avanzar hacia un análisis dinámico sobre democracia y democratización, para, finalmente, abordar ciertas herramientas epistemológicas que nos entregan los trabajos del historiador inglés E.P. Thompson y del filósofo y sociólogo alemán, Axel Honneth. A través de sus aportes, intentaremos comprender la democratización insertándole un nivel de complejidad que no constriña sus causas a una sola variable, ni la disocie del contexto social, histórico y conflictivo en la que ésta se produce, la que permite comprender que la democracia es un proceso en construcción y no un sistema de reglas estático, ni que se acrecienta automáticamente, sino que se reconfigura en el debate.
Breve aproximación a las teorías del conflicto: desde la teoría política a las ciencias sociales
5El análisis sobre la utilidad y la incidencia del conflicto ha estado presente desde siempre en la teoría política. Éste existía ya en la antigua Grecia, simbolizado en la disputa entre los sofistas y Platón, donde la retórica era criticada por este filósofo dada la negación que esta práctica implicaba de un orden natural indiscutible (Serrano Gómez, 1997, p. 45). El conflicto y el debate, por tanto, no podían interferir con aquella verdad esencial, por lo que el conflicto era necesariamente dañino.
6Para Aristóteles por su parte, la “discordia” aparecía y era alentada por “hombres malos” orientados hacia sus propios intereses (Domenèch, 2003, p. 45). No obstante, la etimología del término malo en griego (Phaûlos), permite a Antoni Domènech interpretar que estos “hombres malos”, no eran otros sino los pertenecientes al demos (Domenèch, 2003, p. 48). El conflicto para Aristóteles, iría asociado así a la intromisión de los pobres libres en la polis, es decir, el conflicto era –malamente- intrínseco a la democracia.