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Las sabanas tropicales (praderas con árboles o arboledas dispersas) se encuentran en regiones cálidas con precipitación pluvial de entre 120 y 180 cm, pero con una o dos temporadas largas de sequía, cuando los incendios forman una parte importante del ambiente.
La mayor extensión de tierra de este tipo se localiza en el centro y el este de África, aunque también hay grandes sabanas tropicales en Sudamérica y Australia. Los fósiles humanos más antiguos se descubrieron en el este de África, aunque todavía no se sabe con certeza si esa región era más húmeda o más seca en el "despertar del hombre" de lo que es ahora.
Clima. Las sabanas son tropicales, con altas temperaturas todo el año pero con lluvias altamente estacionales.
Suelos. Los suelos de sabana son frecuentemente latosoles ácidos y rojizos, como en el bosque pluvial tropical; también pueden haber suelos calcáreos grises a rojizos, especialmente en áreas más secas. La roca madre del lugar es importante en la determinación de la química del suelo ya que en este clima seco ocurre muy poco lavado (y por lo tanto evolución del suelo).
Vegetación. Las praderas tropicales usualmente presentan algunos árboles dispersos; precisamente a esta mezcla es que se le da el nombre de "sabana". Las sabanas realmente presentan un espectro amplio de tipos de vegetación: desde solo gramíneas y otras herbáceas en un extremo hasta árboles y arbustos con densidades variables (y hasta bosque espinoso) en el otro; este último a su vez pasa a ser un bosque seco tropical en los lugares de mayor precipitación. La presencia de árboles no es limitada únicamente por la precipitación sino también por el tipo de suelo; grandes áreas de suelos con capas endurecidas (frecuentemente lateritas) no permiten la penetración de las raíces de los árboles excepto a través de rajaduras, y estas determinan la distribución de los árboles. Las palmas y las leguminosas son componentes importantes de las floras leñosas de sabanas en la mayoría de las regiones. El crecimiento de árboles también es controlado por la proximidad del nivel freático, con árboles siempre cerca de los cuerpos de agua, llegando a formar bosques de galerías las cuales, a su vez, puede compararse vegetativamente con los bosques secos o pluviales del área. La estacionalidad es muy pronunciada, con un crecimiento exuberante de las gramíneas al inicio de las lluvias junto con la aparición de muchas otras herbáceas.
Hay opiniones diferentes sobre el origen y mantenimiento de las sabanas; algunos creen que todas o la mayoría de ellas dependen del fuego y se convertirían en bosques si se excluye el fuego. Se piensa que las sabanas sudamericanas son relativamente recientes y producidas por los humanos ya que muy pocas plantas y animales encontradas ahí son únicas pero, al mismo tiempo, en el suelo se encuentra una capa endurecida.
Diversidad. La diversidad de especies arbóreas en las sabanas es muy baja debido a estrictos requerimientos ecológicos pero es bastante alta en cuanto a especies herbáceas. La diversidad animal es bastante alta aunque, globalmente, es inferior a la de las áreas tropicales forestadas debido a que hay menos capas vegetacionales, lo que a su vez determina que hayan menos ambientes a los que adaptarse. La mayor diversidad de mamíferos grandes se encuentra en este ambiente abierto, en el cual ellos pueden moverse libremente. Los grandes herbívoros han prosperado debido a la enorme cantidad de biomasa de la vegetación herbácea producida anualmente y, a su vez, hay muchos carnívoros para alimentarse de ellos. En África es de esa manera pero es más limitado en los otros continentes: la gran diversidad de ungulados en África tiene como contrapartida a unas pocas especies de canguros en Australia y a virtualmente nada en América del Sur. Muchos grupos claramente africanos están limitados a las sabanas o son más diversos ahí que en la selva pluvial tropical--los musgaños elefantes, hienas, aardvarks, zebras, girafa, algunos grupos principales de antílopes, avestruz, ave secretaria, aves tejedoras, entre otras.
Adaptaciones Vegetales. Las adaptaciones de los árboles a las condiciones de las sabanas están relacionadas con la sequía--raíces principales largas para alcanzar la profunda capa freática, corteza espesa para resistir a los fuegos anuales (por lo que las palmas son prominentes en muchas áreas), hojas deciduas para evitar la pérdida de agua durante la estación seca, y uso del tronco como un órgano almacenador de agua (como en el baobab). En las gramíneas, la mayoría de las adaptaciones son contra el pastoreo--espículas silíceas para disuadir a los herbívoros, crecimiento desde la base de la planta y no desde los extremos para evitar daño al tejido de crecimiento, y reproducción vegetativa en muchos tipos para sobrepasar las otras herbáceas competidoras. Muchas plantas tienen órganos vegetativos de almacenamiento--bulbos y cormos, por ejemplo--para poder sobrevivir durante la estación seca.