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El paseo maravilloso
Hace unos días María y Camila fueron a un zoológico. Era gigante, tan grande como el océano Atlántico. Al entrar escucharon un canto de ángel, era una jaula con miles de pájaros hablando entre ellos con su idioma tan peculiar. Después siguieron adelante para ver a los tigres, se preguntaban ¿serían tan fieros como los que viven en la selva? Luego se encontraron con los cocodrilos, que corrían, nadaban, comían, dormían... en el lugar donde vivían felices. Tras varios minutos andando, consiguieron llegar a la jaula de los leones, eran preciosos, tanto como el atardecer en una tarde soleada. Sus melenas de algodón hicieron que ambas quedaran allí al menos dos horas observándolos bajo el inmenso sol que lucía aquella mañana.
Despues fueron a descansar al lugar donde se duchaban los hipopótamos, un gran lago rodeado de flores tan bonitas como el canto de los pájaros en primavera. Finalmente visitaron a los reptiles, que jugaban entre ellos como niños traviesos. Pasaron sin dudas un día increíble, y por supuesto, esperan algún día volver al maravilloso lugar.
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El gato y los ratones - Coherencia y cohesión
Adaptación de la fábula de Félix de Samaniego (español 1745 – 1801).
Me contaron que había una vez un gato que, enterado que en un viejo caserón de la vecindad abundaban los ratones, se trasladó a él, pensando en darse un gran banquete con esos animalitos. Efectivamente, uno por uno se los iba comiendo, y los ratones, atemorizados, cada vez se iban internando más y más en sus ratoneras y no se animaban a salir ni para tomar un poco de aire fresco.
El gato viendo que no podía seguir dándoles caza a los ratones, pensó tenderles una trampa para que aparecieran. Entonces, subiéndose a una viga de madera que cruzaba el alto techo del caserón, se colgó de ella, haciéndose el muerto.
Luego sucedió que uno de los infelices roedores, al no oir ningún ruido, asomó su cabeza y, viéndolo colgado al pérfido felino, le dijo:
- ¡Oye, mi buen amigo, aunque fueras tú un rico queso, y aún si yo no pudiera más de hambre, por nada del mundo me acercaría a ti! Aquí en mi guardia estoy más seguro, ¿no te parece?
Explicación:
dame coronita plis