Elabora una crónica acerca del corona virus ​

Respuestas

Respuesta dada por: jazminmezamartinez85
3

Respuesta: es muy larga  

Explicación:

El futuro inmediato es una incógnita, pero el pasado reciente es para echarse a temblar. El corona virus no solo ha matado ya a miles de personas en España, sino que ha desbordado una y otra vez las previsiones de las autoridades. Solo se han cumplido los presagios más oscuros. El pasado fin de semana, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, admitió que se avecinaba “la ola más dura, la más dañina” de la epidemia. Y el lunes las noticias ya hablaban de 462 fallecidos en 24 horas —una cifra que casi se duplicaría el viernes—, de decenas de muertes en residencias de ancianos, de una gran morgue improvisada por el Ejército en un centro comercial de Madrid. La semana no había hecho más que empezar, y el país se había rendido por fin a una evidencia que había intentado no mirar de frente desde hacía mes y medio.

Al principio la consigna era no gritar. Intentar evitar que, ante la amenaza de un fuego aún incipiente, una avalancha provocada por el miedo terminara destrozando el teatro. Pero los focos de la infección continuaron surgiendo cada vez más cerca y la función siguió representándose hasta que ya fue demasiado tarde. El primer ejemplo es del 12 de febrero. Cuando John Hoffman, organizador del Mobile Word Congress, anunció la cancelación de un evento que preveía llevar a Barcelona a 100.000 personas de todo el mundo. La decisión no sentó bien ni al Gobierno, ni a la Generalitat ni al Ayuntamiento de Barcelona, que estuvieron por una vez de acuerdo.

Las vicepresidentas Carmen Calvo y Nadia Calviño hicieron declaraciones prácticamente idénticas a las del ministro de Sanidad, Salvador Illa: “No hay ninguna razón de salud pública que impida celebrar un acontecimiento de esas características en nuestro país”. Quim Torra y Ada Colau se manifestaron en términos parecidos. Dos días después, Hoffman reflexionaba durante una entrevista con EL PAÍS: “La pregunta es: ¿qué dirá la historia? ¿Tomamos la decisión correcta? Creo que sí. Si nos tomamos realmente en serio la salud y la seguridad de nuestros expositores, trabajadores y de la comunidad, no había otra opción”. Era mediados de febrero. Más de 1.600 personas habían muerto ya víctimas del coronavirus, y una veintena de españoles y medio centenar de italianos habían sido repatriados a sus respectivos países desde la ciudad china de Wuhan.

Cada vez se estila menos comprar diarios de papel. Han desaparecido ya de las casas —y hasta de las propias redacciones— esas pilas de periódicos que se iban poniendo amarillos y que un día, como nuestra propia memoria, terminaban en la basura. En estas largas jornadas de confinamiento habrían servido para comprobar de forma palpable hasta qué punto se ignoró la amenaza del virus, incluso hasta mucho después de que empezara a matarnos. El toque de atención que supuso —o que debería haber supuesto— la anulación del Mobile desapareció enseguida de las portadas. Hubo de pasar una semana y media hasta que las noticias que llegaban de Italia —primeros fallecidos, multiplicación de los contagios, cierre de los colegios en el norte, alerta de la OMS ante una pandemia inminente— volvieran a acaparar la atención. En aquellos días —finales de febrero— la bronca política seguía centrándose en Casado e Iturgaiz, Arrimadas e Igea, Ábalos y Delcy Rodríguez...

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