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Los colibríes cuentan con un sinnúmero de características únicas, que los distinguen como verdaderas joyas entre las aves. Una es su dieta, que consiste casi exclusivamente de néctar de flores el cual obtienen mediante dos características especiales: picos finos como agujas y en muchos casos largos y curvos, y lenguas largas, protráctiles y pegajosas, con las cuales toman el néctar.
Son aves muy pequeñas: entre los colibríes más pequeños del Ecuador se cuentan los llamados quindes bunga (cuatro especies del género Acestrura), y la de menor tamaño en el mundo es un colibrí endémico de Cuba apenas más grande que un abejorro. Asimismo, tienen un ritmo cardíaco muy acelerado, pudiendo emitir hasta 80 latidos por segundo. Su vuelo es muy elaborado: son capaces de hacer movimientos que casi ningún otro grupo de aves puede hacer; por ejemplo, pueden mantenerse estáticos en el aire, volar hacia arriba y hacia abajo, e inclusive hacia atrás. Sus aleteos son tan rápidos que es difícil distinguir el movimiento de sus alas.
El plumaje de la mayoría de especies de colibríes es muy colorido e iridiscente. Poseen parches azules, violetas, fucsias, rojos, anaranjados, verdes, celestes, turquesas o rosados, que brillan con mayor o menor intensidad según el ángulo de incidencia de la luz.
La mayor diversidad de especies de colibríes está en los tres países andinos próximos a la línea equinoccial (Colombia, Ecuador y Perú). En el Ecuador están sobre todos los ecosistemas terrestres, pero son más diversos en los bosques de neblina de los Andes. Nuestro país es el segundo más rico en el mundo: aproximadamente 130 especies.
Una especie de colibrí que es común en los bosques, espinares y matorrales secos del suroccidente (en la península de Santa Elena por ejemplo), e inclusive en la isla de la Plata, es la estrellifca (Myrrnia micrura), Por su parte, otras especies habitan únicamente en los altos y fríos páramos, por encima de los 4.000 metros de altitud, por ejemplo la estrellita ecuatoriana (OreotrochHus Chimborazo), que chupa el néctar de las chuquiraguas.
Otras especies del Ecuador que destacan son el colibrí garganta blanca (Coeligena torquata), que habita en las estribaciones de los Andes y en el callejón interandino, así como el colibrí silfo de cola larga (Agfaiocercus coefestis), que vive en los bosques de neblina de los Andes. En esta última especie, el macho (en la foto) posee la cola muy larga y de color violeta y turquesa, con la cual atrae a las hembras mediante vistosos despliegues aéreos. Un ejemplo más de la diversidad de colibríes del Ecuador es el pico de hoz (Eutoxeres águila), habitante de los bosques tropicales y subtropicales. El pico muy curvo de esta especie está adaptado para tomar néctar de las flores de las heliconias, cuyas corolas también tienen una forma muy curvada.
Son aves muy pequeñas: entre los colibríes más pequeños del Ecuador se cuentan los llamados quindes bunga (cuatro especies del género Acestrura), y la de menor tamaño en el mundo es un colibrí endémico de Cuba apenas más grande que un abejorro. Asimismo, tienen un ritmo cardíaco muy acelerado, pudiendo emitir hasta 80 latidos por segundo. Su vuelo es muy elaborado: son capaces de hacer movimientos que casi ningún otro grupo de aves puede hacer; por ejemplo, pueden mantenerse estáticos en el aire, volar hacia arriba y hacia abajo, e inclusive hacia atrás. Sus aleteos son tan rápidos que es difícil distinguir el movimiento de sus alas.
El plumaje de la mayoría de especies de colibríes es muy colorido e iridiscente. Poseen parches azules, violetas, fucsias, rojos, anaranjados, verdes, celestes, turquesas o rosados, que brillan con mayor o menor intensidad según el ángulo de incidencia de la luz.
La mayor diversidad de especies de colibríes está en los tres países andinos próximos a la línea equinoccial (Colombia, Ecuador y Perú). En el Ecuador están sobre todos los ecosistemas terrestres, pero son más diversos en los bosques de neblina de los Andes. Nuestro país es el segundo más rico en el mundo: aproximadamente 130 especies.
Una especie de colibrí que es común en los bosques, espinares y matorrales secos del suroccidente (en la península de Santa Elena por ejemplo), e inclusive en la isla de la Plata, es la estrellifca (Myrrnia micrura), Por su parte, otras especies habitan únicamente en los altos y fríos páramos, por encima de los 4.000 metros de altitud, por ejemplo la estrellita ecuatoriana (OreotrochHus Chimborazo), que chupa el néctar de las chuquiraguas.
Otras especies del Ecuador que destacan son el colibrí garganta blanca (Coeligena torquata), que habita en las estribaciones de los Andes y en el callejón interandino, así como el colibrí silfo de cola larga (Agfaiocercus coefestis), que vive en los bosques de neblina de los Andes. En esta última especie, el macho (en la foto) posee la cola muy larga y de color violeta y turquesa, con la cual atrae a las hembras mediante vistosos despliegues aéreos. Un ejemplo más de la diversidad de colibríes del Ecuador es el pico de hoz (Eutoxeres águila), habitante de los bosques tropicales y subtropicales. El pico muy curvo de esta especie está adaptado para tomar néctar de las flores de las heliconias, cuyas corolas también tienen una forma muy curvada.
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