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Respuesta:
Los aspectos medioambientales que se pueden ver afectados se encuentra el uso de los recursos; la superpoblación puede provocar además la destrucción del hábitat y su fragmentación, un aumento de la contaminación y problemas de salud pública.
Uso de los recursos
Una población extensa ejerce una gran presión sobre los recursos. Los no renovables, como los combustibles fósiles (incluyendo el carbón y los productos derivados del petróleo) y el agua dulce se ven particularmente afectados. Entre las zonas donde el acceso al agua dulce causa especial preocupación se encuentran localidades del oeste de América y algunos lugares de Oriente Medio.
Destrucción del hábitat
Una población en crecimiento requiere una gran cantidad de espacio. A medida que el número de habitantes de las ciudades crece, también lo hace la expansión urbana, lo que da como resultado la destrucción de un hábitat de importancia fundamental para una serie de especies animales y vegetales. La pérdida de su hábitat puede conducir a que algunos animales, como pumas, venados o coyotes, invadan los barrios de la periferia al no tener otro lugar adonde ir.
Fragmentación del hábitat
Otro efecto de la superpoblación es la fragmentación del hábitat natural, es decir, su división en varias piezas a causa de la aparición de edificios, carreteras y otros elementos construidos por el hombre. La fragmentación del hábitat resulta especialmente dañina para las rutas de migración de los animales, ya que a menudo son incapaces de acceder a una parte fundamental de su ruta de migración por culpa de esas obstrucciones.
Contaminación
La superpoblación también ejerce un impacto negativo sobre el medioambiente debido a la contaminación. Cuanta más gente hay, más recursos se utilizan y más contaminación se genera. Esta contaminación puede afectar al aire, debido a un incremento de las emisiones de combustibles fósiles de los vehículos, o a la tierra y el agua, a causa de una mayor generación de residuos.
Problemas de salud pública
En algunos casos, el crecimiento incontrolado de la población puede dar lugar a problemas de salud pública. Por ejemplo, en muchos países en desarrollo, las poblaciones no tienen acceso a fuentes de agua limpia. La contaminación del agua, causada por la falta de un saneamiento adecuado, puede hacer que las enfermedades se propaguen con facilidad.