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Hasta un país tan distante como Suecia a donde tuvo que ir a parar luego de que Washington le retirara la visa de refugiado político, este ex militante de la Juventud Comunista y luego Presidente del opositor Partido Liberal Democrático Cubano, vuelve a dar argumento a quienes lo acusan de colaboracionista e impostor.
Y no es para menos. Según una fuente vinculada a opositores cubanos en Estocolmo comentó -a condición de preservar su anonimato- el Sr. Osvaldo Alfonso Valdés, hasta hace poco Director General y analista político de Misceláneas de Cuba, se vio obligado a abandonar su cargo luego de varios años de trabajo en esa prestigiada revista opositora.
De acuerdo a la propia fuente, el asunto se desencadenó tras descubrirse un hecho de corrupción en que lo responsabilizan por la malversación de fondos destinados no sólo a la revista, en la que ha generado una situación crítica, sino también a otros proyectos que involucran a activistas de la disidencia interna, a los que dejó en la encrucijada.
Nuestra fuente, también conectada al Centro Internacional Liberal Sueco (SILC, por sus siglas en inglés), agregó que el escabroso asunto se maneja con discreción para evitar un escándalo, pero aseveró que ya se conoce que desvió una importante suma de dinero para su uso personal, mostrando que es capaz de traicionar hasta a sus propios amigos que le ayudaron a su llegada a Suecia.
En efecto, parece que este ex prisionero político – como gusta presentarse en frecuentes entrevistas y eventos- volvió a quitarse la máscara y con su recurrente actitud intenta enlodar, una vez más, la imagen de la oposición cubana dentro y fuera de la isla, cuestión que –como se conoce- coincide con aquella tradicional práctica de la dictadura de tratar de afectar la credibilidad internacional de los activistas pro-democráticos cubanos.
¿Será ello pura coincidencia? Pareciera que no, pues no es la primera vez que asume una actitud tan pérfida, pretendiendo ponerla en entredicho. Baste recordar que en los amañados juicios sumarísimos que siguieron a la ola represiva de la Primavera Negra de 2003, reconocidos opositores denunciaron su traición.
“El Sr. Valdés cometió un acto de deslealtad calculada contra sus compañeros de forma sorpresiva y artera, al presentar una declaración anteriormente preparada, convirtiéndose en la práctica en testigo de la policía política contra nosotros…”, denunciaba así el prestigioso periodista y economista independiente Oscar Espinosa Chepe (fallecido).
Tal acusación circuló públicamente en documento firmado por un número considerable de reconocidos opositores que fueron sentenciados a largos años de prisión, debido a las “evidencias” presentadas por la fiscalía, entre ellas las prefabricadas “declaraciones” del Sr. Valdés, unidas a las de otros varios agentes de la policía política, destapados por aquellos días.
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