• Asignatura: Baldor
  • Autor: Pikis123
  • hace 5 años

”tenga para que se entretenga“. Mensiona los ambientes del cunto


daraguas: SI citas el cuento lo busco.
daraguas: Hola Pikis, a ver como arreglamos esto, no puedo ponerlo entero porque solo admite el sistema 5000 carácteres; lo he guardado en Word, si quieres te lo mando por esta mensajería o te lo descargas tú. Queda otro tanto por lo menos, es largo, y muy bonito. Ya me dirás, un saludo desde España.

Respuestas

Respuesta dada por: daraguas
10

Respuesta:

Oye esto es muy largo.

Explicación:

Tenga para que se entretenga

José Emilio Pacheco.

Estimado señor:

Le envío junto con estas líneas el informe confidencial que me solicitó.

Espero que lo encuentre de su entera satisfacción. Incluyo recibo timbrado

por $1,200.00 (un mil doscientos pesos moneda nacional) que le ruego se

sirva cubrir por cheque, giro o personalmente en estas oficinas.

Advertirá usted que el precio de mis servicios profesionales excede

ligeramente lo convenido. Ello se debe a que el informe salió bastante más

largo y detallado de lo que supuse en un principio. Tuve que hacerlo dos

veces para dejarlo claro, ante lo difícil y aún increíble del caso. Redactarlo,

dicho sea entre paréntesis, me permitió practicar mi hobby, que consiste

en escribir – sin ningún ánimo de publicación por supuestoEn espera de sus noticias, me es grato saludarle y ponerme a su disposición

como su affmo. y ss.

Ernesto Domínguez Puga

Detective Privado

Informe Confidencial

El 9 de agosto de 1943 la señora Olga Martínez de Andrade y su hijo de

seis años, Rafael Andrade Martínez, salieron de su casa (Tabasco 106,

colonia Roma). Iban a almorzar con doña Caridad Acevedo viuda de  

Martínez en su domicilio (Gelati 36 bis, Tacubaya). Ese día descansaba el

chofer. El niño no quiso viajar en taxi: le pareció una aventura ir como los

pobres en tranvía y autobús. Se adelantaron a la cita y a la señora Olga se

le ocurrió pasear al niño por el cercano Bosque de Chapultepec.

Rafael se divirtió en los columpios y resbaladillas del Rancho de la

Hormiga, atrás de la residencia presidencial (Los Pinos). Más tarde fueron

por las calzadas hacia el lago y descansaron en la falda del cerro.

Llamó la atención de Olga un detalle que hoy mismo, tantos años después,

pasa inadvertido a los transeúntes: los árboles de ese lugar tienen formas

extrañas, se hallan como aplastados por un peso invisible. Esto no puede

atribuirse al terreno caprichoso ni a la antigüedad. El administrador del

Bosque informó que no son árboles vetustos como los ahuehuetes

prehispánicos de las cercanías: datan del siglo XIX. Cuando actuaba como

emperador de México, el archiduque Maximiliano ordenó sembrarlos en

vista de que la zona resultó muy dañada en 1847, a consecuencia de los

combates en Chapultepec y el asalto del Castillo por las tropas

norteamericanas.

E

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