Me ayudan, por favor?
Necesito una reflexión sobre la democracia en la Argentina y el empleo de la violencia por parte del Estado.
Lo más largo posible
Respuestas
Respuesta:
El considerable aumento de la desocupación en los últimos
años en Argentina –proceso que tiene su anclaje décadas atrás junto con el creciente descontento en los partidos políticos– ha llevado
a los científicos sociales a recuperar el interés teórico y político
acerca de la cuestión de la ciudadanía y en relación con la “calidad” de la democracia argentina.2
Iniciados en la década los setenta, pero profundizados durante
los noventa, los procesos de precarización laboral; transformación
de los soportes políticos y los repertorios de la acción colectiva; crecimiento del desempleo; y cambios en las formas de intervención
estatal pusieron en cuestión nuevamente, ahora en plena democracia, los derechos fundamentales de la mayor parte de la población,
especialmente de los sectores populares, y con ellos sus derechos
ciudadanos.
En un país en el cual la noción de ciudadanía social se constituyó articuladamente –y casi indisolublemente– con la categoría de
trabajador (formal), y en donde la pertenencia estuvo dada a partir
de una configuración socioinstitucional en la que la imbricación
trabajo-derechos articuló la llave de inclusión al colectivo, los cambios producidos en la estructura del mercado de trabajo sin duda
promovieron que se transformara la antigua conjunción de ambas esferas –trabajo y derechos ciudadanos–, reconfigurando sus límites, yuxtaposiciones y articulaciones.
Durante los noventa se fueron generalizando varias formas de
reclamar por algunos derechos que se consideraban perdidos, por
fuera de las instituciones creadas para su salvaguarda. Una de ellas
fue expresada por las agrupaciones piqueteras, que se caracterizan
por un repertorio de acciones colectivas entre las cuales el piquete
(práctica que consiste en el corte de rutas, puentes, calles) ocupa un
lugar central. Estas acciones nacen a la luz de las transformaciones
ocurridas durante la década de 1990 en varias provincias del país,
a partir de los reclamos ocasionados por los despidos masivos de los
trabajadores de las empresas privatizadas, junto con los que profirieron los cada vez más precarios trabajadores estatales. Sus modos
de protesta se fueron haciendo más duros y se fueron generalizando en la medida en que transcurre la década y que las transformaciones se hicieron sentir con mayor fuerza. Los piquetes comienzan,
en tanto forma de protesta, a expresar la reivindicación del derecho
al trabajo: el trabajo perdido,3
al tiempo que dan cuenta de las formas de intervención del Estado (cada vez más asistencial y focalizador) y de la politización de las clases populares.
En este marco, es posible pensar cómo se resitúa esta fórmula en
un contexto en el cual el mundo del trabajo ha sufrido severas transformaciones, dejando de ser el empleo formal la situación normal
para cada vez más grandes sectores de la población. ¿Qué ocurre
con los nuevos sujetos antes empleados?; ¿qué sucede con las nuevas formas de configurarse a partir de las nuevas condiciones?;
¿resulta analíticamente útil la categoría de ciudadano?; ¿es posible
plantear la ciudadanía solamente en relación con los derechos políticos formales?; ¿qué prácticas son conceptualizadas como democráticas y por qué?
Ahora bien, ante la desarticulación del Estado social local, y frente a la crisis de los valores que lo sustentaron, resulta importante
repensar las condiciones sociales de producción de los derechos ciudadanos, sobre todo en un marco en el cual, ante la falta de respuestas a los problemas sociales, se han configurado nuevas formas
de acciones colectivas que plantean tanto llevar adelante cambios
(intentos de impugnación a la vieja política representada por los
partidos políticos y los sindicatos) como también algunas continuidades (reconfiguración de las redes de pertenencia).
Las condiciones a que hacemos alusión tienen que ver, por un
lado, con las condiciones políticas, económicas, sociales y culturales
para la producción de sujetos devenidos en ciudadanos, pero también
con el posicionamiento ideológico de los ideólogos de la ciudadanía y
de la democracia.
Argumentamos que para repensar la “calidad de la democracia” en América Latina en general, y en Argentina en particular
(O’Donnell, 2004a, 2004b), así como su marco institucional, es
necesario superar las visiones procedimentalistas de la democracia
contextualizando, esto es, poniendo a interactuar entre sí a las acciones de los sujetos inmersos en las relaciones de poder y de desigualdad.
En este artículo me propongo debatir sobre ciertas formas de pensar la democracia y la ciudadanía desde las ciencias sociales para
nuestro país.
Explicación:
Hola V: dijiste lo mas largo posible ahi esta